Pablo Neruda, quería escribir los más tristes versos en una noche de bajón. Otros, se cortan las venas y zas! No se vayan, no huyan que no me volví sádico y cruel. Las palabras una de dos: te alegran o a sollozar.
Quieren que hable de amor, de acuerdo. Es bonito el tema, hasta aquí todo bien. Me sería cómodo copiar algún poeta y dejar unos versos que dicen a las chicas les encanta. No debe ser a todas, a las mías - las que conocí- les iba mas otras cosas, no sé les gustaba más el vidrio que el papel.
Entre música y cortinas de humo (ahora, ni eso, ya que el pitillo lo echan a la entrada de los Pubs) mis musas eran/son palpables se dejan querer -el tocar, para los obtusos, solo cuando ellas quieren- me alejo de los versos que esperan leer alguno, tranqui "colega" cuando lleve
algo de grados encima...tal vez.
Tocala, otra vez Paco, lo del tío Sam para los yankis. Apoyado sobre el frió mármol de la barra...me pones, no me deja terminar la frase de todas las veladas,...lo de siempre -lo dice, Santiago G.V.- y comienza con la liturgia del daiquiri. Me llama por el mote/apodo del barrio del Carmen.
Una mano se posa sobre mi hombro, estás solo?
Sonrió, ya que para decir una estupidez. Me llamo, Mesalina...
Lo que es el azar, una vez tuve un sueño, no como el Martin Luter King, el mío era encontrarme solo con mis amigos de la niñez. Y en este viejo Pub, en esta encantadora velada, dos siluetas del pasado han estado conmigo.
Este articulo, tan barroco y estéril, quizás no proceda aparecer aquí en esta sección. Pero, entre tanto recorte, política, desempleo y tanta desilusión, con su permiso -hoy- solo deseo hablar/escribir de algo tan sencillo y humano como lo que a uno le acontece en un barrio a la vera del rió Aller. Nostalgía y soledad en una noche de finales de mayo.
Lo de los versos, era para tenerlos un poco enganchados. Qué, te debo...Santiago?
- Vernos.
Tanto, tiempo sin saber de ti, Mesalina...
- Ahora, tenemos el ciberespacio.
El jazz envuelve la madrugada, iba mirar el reloj... para qué.