Hace doscientos cuatro años "deliberó la Junta con asistencia del Real Acuerdo, y por el que se celebró en el día de hoy, llevar á efecto el armamento del Exército Defensivo Asturiano, en obsequio de la Religión, de la Patria, y de la común felicidad". La Junta General del Principado de Asturias --la verdadera, la destruida por el liberalismo y el constitucionalismo y ahora burlada por el "Estatuto de Autonomía"-- se alzó por Dios, por la Patria y el Rey, contra la Revolución francesa encarnada y operante en las tropas de Napoleón, promotor de la primera Unión Europea; la misma que hoy nos ataca desde Berlín y Bruselas, mediante sus sucursales en Madrid y en Oviedo.
En Oviedo, el Parlamentín que suplanta a la Junta General acaba de elegir a un nuevo agente de Michel Ney, en la persona del socialista Javier Fernández, para hacer como que encabeza los destinos de nuestra pobre región. Tras un año de confusión y fracaso anunciados y buscados, con dispendio electoral repetido por en medio, vuelve la coalición del PSOE e Izquierda Unida más algún aliado ocasional. Aliado que en esta ocasión es el recién estrenado diputado de "Unión, Progreso y Democracia", engendro jacobino que en Estrasburgo apoya la disolución de los estados nacionales en beneficio de un nuevo estado-nación europeo, y en Oviedo pide la supresión de concejos asturianos y el cierre definitivo de las minas de carbón. Entretanto se ha perdido hasta la Caja de Ahorros de Asturias. El futuro se presenta negro, al ritmo de La Marsellesa.
La Junta Carlista del Principado, que es sucesora y heredera de la Junta General del Principado de 1808, hace anualmente una declaración institucional en esta misma fecha. Como en aquella primera, la situación es hoy casi desesperada. La única esperanza que a los asturianos les queda es la lucha, agrupados bajo la bandera de la Santísima Virgen de Covadonga, contra el legítimo sucesor de José Bonaparte, Juan Carlos, contra el sistema corrupto que éste encabeza y contra sus sicarios entre nosotros.
Oviedo y Mayo 25 de 2012.