No asistí al pleno de la Junta General del Principado, que uno está ya muy mayor para escuchar pacientemente discursos que luego solo servirán para que echen mano de ellos en las hemerotecas los estudiantes de turno, pero si vi parte a través del servicio en internet de la RTPA, lo suficiente para darme cuenta de varias cosas. UPyD está entregado a la causa socialista; Mercedes Fernández me sorprendió gratamente en su intervención y me quedó graba la frase que dirigió al todavía candidato Javier Fernández en el sentido de que “es como si Alfonso Guerra quisiera dejar el PSOE y fundase otro partido. Eso nos ha pasado, señoría, y le digo de verdad que se pasa muy mal“. También expresó su extrañeza porque no se pueda votar contra el candidato, solo abstenerse, según marca el Estatuto de Asturias al que, la verdad, le hace falta una remodelación y pronto. Casi a título personal la portavoz del PP pidió al futuro presidente que tenga en cuenta el servicio de la Sindicatura de Cuentas, al que ella estuvo adscrita en la pasada legislatura, potenciándolo. Mercedes Fernández me pareció comedida sin que ello quiera decir que no se mostrase dura en algunos momentos, dándome la impresión de que a lo largo de la legislatura convergirá bastante con el PSOE, única manera de que éste no se sienta con el agua al cuello y sus vasallos se le desboquen, como ya han empezado a hacer los mineros, contra Mariano Rajoy y su gobierno. Quien desde hoy se ha consolidado como el verdadero delfín de Francisco Alvarez-Cascos ha sido la diputada Cristina Coto. Un discurso documentado, arrojando al candidato verdades como puños en base a declaraciones del mismo cuando estaba en la oposición y quejándose del acoso a que su partido Foro Asturias y al gobierno que sustentó en el Principado sometió la oposición -y medios de comunicación, se me olvidaba- en los meses anteriores.

Por su parte a Jesús Iglesias, el coordinador general de Izquierda Unida que se nos va para el Senado en Madrid -la capital de España es como la luz para las luciérnagas, les atrae-, se le notó en su intervención el dilema que en estos momentos hay en el seno de su formación política respecto a entrar o no en el gobierno que a partir del lunes regirá los destinos de Asturias. Me ha sorprendido que una potenciable de IU para ocupar de nuevo una consejería, Noemí Martín, se haya decantado por mantenerse al margen. Tener a IU fuera del Ejecutivo le puede suponer a Javier Fernández y a la Federación Socialista Asturiana (FSA) otro dolor más de cabeza. Jesús Iglesias le viene pidiendo estos días que sea beligerante con el gobierno de Madrid y sus pretensiones, o sea, nada de recortar servicios públicos. El ya nuevo presidente del Principado, a la espera de que a mediodía del sábado jure el cargo en presencia de Alfredo Pérez Rubalcaba -¿Y de Rosa Diéz también?-, estuvo a la defensiva, como buen jugador de mús que es, sin descubrir sus inmediatas futuras cartas salvo que se pondrá de inmediato en contacto con el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro para pedirle una prórroga del plazo para presentar las cuentas de Asturias con el consiguiente recorte de algo más de 600 millones de euros. Javier Fernández para poder hacerlo deberá ponerse en contacto con Jesucristo, no se me tome a mal, para que le explique como multiplicó los panes y los peces para dar de comer a más de 5.000 personas. Algo así va a serle necesario si no quiere que el gobierno de la nación intervenga nuestras cuentas, solo que aquí la multiplicación del pan y los peces debe alcanzar por lo menos a los 100.000 parados que tiene Asturias y que en más de un caso ya pasan hambre física. No se si será una premonición pero mientras sus señorías debatían la investidura de Javier Fernández la autopista era cortada con neumáticos ardiendo por los mineros cuyo sector estuvo hoy completamente paralizado en su primer huelga en protesta por la que se avecina, esto es, el cierre de explotaciones por los recortes que el ministro de Industria José María Soria les ha anunciado va a acometer.

Y a todo esto mi espía preferida, la XPXIII, a quien le encanta pasear al amanecer, me cuenta como vio anteayer un coche oficial camino de Tineo lleno de libros y documentos de la todavía consejera de Fomento María Isabel Marqués García, por tanto su deduzco que su despacho ya está libre a la espera del nuevo inquilino. Dice mi espía que hay nombres que han comenzado a circular con fuerza en los mentideros políticos para co0nsejeros. El ex alcalde de Siero y actual diputado regional Guillermo Martínez, uno de los jóvenes valores del socialismo asturiano, suena para Cultura. Y también el ex alcalde de Lena Hugo Moran y María Luisa Carcedo, actual diputada en el Congreso y miembro de la dirección federal del PSOE. Esta es una de las personas en quien más confía políticamente el nuevo presidente. Bueno, pues el sábado a mediodía volveremos a vernos los mismos en el parlamento regional para aplaudir, o no, a un nuevo jefe del Ejecutivo asturiano. Solo que en esta ocasión serán, sí, las mismas caras pero no tendrán los mismos gestos. Aunque para todos, por distintas razones, la procesión irá por dentro.