Hay una gran diferencia entre ser bueno y ser tonto. Sin embargo, algunos de nuestros políticos, relevantes o no, hacen gala de no conocer la distinción o de creer que muchos de los ciudadanos hemos dado ese paso que separa la bondad de la estulticia.
La semana pasada, a página entera en un periódico regional, un ex diputado autonómico por Foro se despachaba contra el partido que le había aupado, ahí es nada, a un escaño en el Parlamento autonómico. Se trata de uno más de los muchos militantes del PP que abandonaron el barco en busca de mejores… ¿De mejores qué? ¿Ideales? La dignidad es una cualidad cada vez más denostada. Uno abandona un partido para embarcarse en otra aventura y el nuevo partido le sitúa en la cota política más alta a la que jamás hubiera soñado llegar (alcanzar un escaño regional es mucho, mucho) y, lejos de mostrar su agradecimiento (lo que cualquier bien nacido hubiera hecho), acude a la prensa a vituperar al líder otrora ensalzado. Si hubiera ido en las listas y hubiera renovado su escaño autonómico, ¿habría abandonado el barco o estaría adulando al señor Cascos? Hubo quien dijo que a muchos advenedizos el cargo les quedaba grande. De nobles es ser agradecido.
Este domingo se escuchaba en la radio al Presidente de la Nación decir que no tiene relevancia la desviación del déficit ocultada por las CCAA de Madrid, Valencia y Castilla y León. Bah, si solo es una desviación de cuatro décimas. Beteta minuta (sí, el de los cafés de los funcionarios, ex Consejero de Aguirre en la inopia). Nada, unos 3.000 millones de euros. ¡Qué intransigentes estos españolitos! Son de unas facturitas que se nos habían olvidado en unos cajones. ¿Por qué las cosas siempre se encuentran en el último lugar donde se las busca? Al menos, se puede estar tranquilo al saber que Rajoy hubiera dicho lo mismo si, en vez de tratarse de tres comunidades históricamente gobernadas por el PP, se tratara de comunidades gobernadas por el PSOE. La herencia de la señora Aguirre en Madrid es de la propia señora Aguirre. La del señor Fabra en Valencia, del señor Fabra y del señor Camps. La del señor Herrera en Castilla y León, del propio señor Herrera. Aquí no podemos meter al señor Zapatero, aunque lo mismo sirva para un roto que para un descosido, ¿verdad señora Cospedal, señora Sáenz de Santamaría, señor Floriano, señores del PP? Aquí no hay coartada posible. ¿Se encontrará el señor Javier Fernández facturas olvidadas por Foro?
El Consejero de Salud extremeño pasaba consulta de oftalmología en una localidad portuguesa, eso sí, de forma altruista. El bondadoso ciudadano ensalza a la persona que, fiel a su juramento hipocrático, decide ceder parte de su tiempo libre para dedicarlo a hacer el bien, a cambio de nada. Lo que se pregunta es ¿por qué no lo hace en Extremadura? Algo parecido está sucediendo en Gijón con la señora Moriyón. Este juramento hipócrita…
El delegado del Gobierno en Extremadura, titular de una farmacia en el centro de Badajoz optó y se mantuvo en el puesto hasta presentar su dimisión, a pesar del régimen de incompatibilidades. Desde que fue nombrado se dedicó "en cuerpo y alma" al cargo y prácticamente no había "pisado" la farmacia. Qué cosas, si hubiera conocido la incompatibilidad, se habría mantenido como Diputado en el Congreso. Ignorante el, en otro tiempo, más que gobernador civil.
El Alcalde de mi pueblo, Briviesca, en la provincia de Burgos, de 7.600 habitantes, amparado en la mayoría consistorial de su partido, el PP, se ha asignado, ahí es nada, un sueldo bruto de 56.000 euros/año, que comenzó a percibir nada más prejubilarse de Cajacírculo. Regidor de un municipio que, en más de 30 años de democracia, nunca ha necesitado una dedicación exclusiva del primer edil, como no la tuvo durante los meses que compatibilizó su trabajo en la Caja con la dedicación municipal. Mucho menos ahora que apenas hay actividad local, con comercios y empresas cerrados y con muchos briviescanos en paro o en ere. Prejubilado y servido.
Se dignificará la política el día que se entienda que a la misma se accede y se está con vocación de servicio público. Con vocación de servir, no de servirse.
Un dramaturgo alemán dijo algo así como que “cada persona forja su propia grandeza; los enanos permanecerán enanos aunque se suban a los Alpes”. Quizás sea mejor callar y que piensen que eres idiota, a hablar y demostrarlo. Como le sucede a mucho jeta.