A media mañana me golpea la noticia del fallecimiento por infarto del ex presidente del Principado Sergio Marqués. Tenía mi misma edad y, olvidado de la política, se dedicaba exclusivamente a la abogacía. Cuando salió por carambola jefe del Ejecutivo asturiano el entonces general secretario del PP Francisco Alvarez-Cascos y su lugarteniente en Asturias Isidro Fernández Rozada quisieron manejarle pero se encontraron con un hueso duro de roer. Sergio Marqués no accedió a tal maniobra, consciente como era desde el primer momento de su condición de primera autoridad de Asturias. Tuvo el valor de apoyarse en el entonces diputado de IU Antón Saavedra -ideológicamente en las antípodas suyas- para intentar gobernar sin la presión mediática del núcleo duro del entonces alto dirigente del Partido Popular. No solo por las discrepancias en el mando, que no ideológicas, sino también por las diferencias personales y privadas entre Sergio Marqués y Francisco Alvarez-Cascos se abrió un abismo que ningún puente logró salvar. Pero como lo cortés no quita lo valiente el hoy presidente del Principado ha decretado tres días oficiales de luto y estoy seguro que mañana acudirá al entierro en Gijón de su antiguo colega.
Con Sergio Marqués siempre coincidía en el acto de entrega de las amuravelas de oro. Mi última conversación con él fue hace algún tiempo, poco antes de las penúltimas elecciones autonómicas, en el curso de la fiesta anual de la Federación Asturiana de Bolos que preside Desiderio Díaz siempre muy agradecido al ex presidente del Principado por la ayuda recibida para proporcionar nuestro deporte autóctono. Me acuerdo que entre plato y plato le pregunté a Marqués cuantos diputados creía que iba a lograr Francisco Alvarez-Cascos con su reciente formación Foro Asturias a lo que sin dudar me respondió contundente: “Si consigue cinco escaños que aplauda con las orejas”. Conseguiría 16 pero a Sergio Marqués no pareció importarle ni cambiar de idea. Siendo presidente del Principado, al estilo de Alvarez-Cascos ahora, creó un nuevo partido, la Unión Renovadora de Asturias -URAS- pero al no ser el momento tan propiocio como en los tiempos actuales, se la pegó. URAS continuó adelante, uniéndose en una UTE política con el Partido Asturianista de Xuan Xosé Sánchez Vicente pero tampoco consiguió buenos resultados electorales.
Sergio Marqués es el primer presidente de la autonomía asturiana que fallece. Probablemente le faltó carisma -tenía, eso sí, gran capacidad de trabajo- y en su etapa de Jefe del Ejecutivo se rodeó de buenos colaboradores como su vice presidente Leonardo Verdín, su jefe de Gabinete Salvador Fuente, o su consejero de Fomento Juan José Tielve, por citar. Se nos ha ido sin saber quien, por fin, gobernará Asturias a partir de primeros del próximo mes. Me consta que estaba muy preocupado, como tantos otros, por como marchaban los acontecimientos políticos en nuestra región. Un fatal infarto le sorprendió esta mañana a la puerta de su despacho. Descanse en paz.
