Por fin la presidenta dedocrática del Partido Popular Mercedes Fernández se ha reunido con sus nueve diputados autonómicos -¿Conocería a tofos?- y el jueves, milagro, lo hará con el comité ejecutivo regional. Hasta el próximo congreso regional de dicho partido, al que aún Mariano Rajoy no ha puesto fecha, el camino de Mercedes Fernández por las sendas de su propia formación política en el Principado es duro y solitario. Los de antes, los de Gabino de Lorenzo, no están haciendo nada por ayudarla. A lo más los más necesitados le sonrien a ver si les cae algún carguín como a Isabel Pérez Espinosa o Joaquín Arestegui.
El caso es que estamos a cuatro días de la constitución de la nueva Junta General del Principado y Mercedes Fernández aún no ha renunciado en el Congreso a su condición de diputada nacional. Si no lo hace antes del viernes ese día no podrá recoger su acta en el parlamento de la calle Fruela y a Mariano le puede dar un yuyo. Francisco Alvarez-Cascos y Mercedes Fernández se reunirán de nuevo mañana para acabar de matizar el pacto entre sus respectivas formaciones políticas, el pacto de La Cibeles en el que no muchos creían, y anunciar a la opinión pública asturiana quien será el candidato de la coalición a la presidencia del Principado. Para el viernes ya habrá fallo del Tribunal Superior de Justicia sobre los votos de los emigrantes del que algunos medios allegados a la judicatura me siguen insistiendo en que será favorable a Alvarez-Cascos por lo que, por si acaso, la Federación Socialista Asturiana tiene recurso preparado para presentar, caso de ser necesario, ante el Tribunal Constitucional. Si el nuevo gobierno asturiano nace por la izquierda la presidencia de la Junta General del Principado sería para Izquierda Unida, posiblemente para Noemí Martín, que se lo merece, mientras si es la derecha la que se alza con la mayoría, con o sin apoyo de Ignacio Prendes de UPyD, pienso que vuelve a repetir Fernando Goñí. Por cierto, me mosquea tanta visita del ex presidente de Cantabria a Asturias. Miguel Angel Revilla viene ahora a presentar un libro. Mi espía preferida, la XPXIII, me comenta de pasada que el político cántabro quiere acercarse a Foro Asturias aunque lo veo difícil. Alvarez-Cascos no le puede ver ni en El Molinón. Además, ¿Para qué?. El buen hombre desde que perdió el sillón presidencial parece una peonza girando fuera de órbita.
Tropiezo con el diputado forista Enrique Sostres a punto de salir para Madrid “que el miércoles le voy a pegar duro a Mariano Rajoy en el Congreso con lo de los presupuestos“, me dice rotundo. Ojo, señoría, con el pacto de La Cibeles, no vaya a hacer descarrilar el tren del pacto en la derecha asturiana antes de que abandone el andén. Y es que el presidente del Gobierno de la nación anda como loco buscando apoyo para su proyecto de presupuestos -no son ajustes, son recortes; ya- y ni UPyD, Rosa, por favor, ni Foro, le van a dar su apoyo tal como los ha planteado. En fin, el viernes me va a prestar ver en la tribuna de invitados del hemiciclo al delegado del Gobierno Gabino de Lorenzo, al arzobispo Jesús Sánz, al alcalde de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo, a su colega de Gijón Carmen Moriyón, más los sindicalistas de turno y el hoy por hoy nervioso presidente de la patronal Severino García Vigón, aplaudir a las nuevas señorías. Supongo que en esta ocasión, por lo de los ajustes, no habrá vino español ni sidra asturiana. Que hay que ahorrar aunque solo sea para continuar llenando los depósitos de los coches oficiales.