La Voz de Asturias, 89 años de periodismo se apagan

Declinando la tarde me llega la noticia: Mañana La Voz de Asturias, tras 89 años de existencia, no estará ya en los quioscos de prensa. El histórico periódico asturiano no ha podido superar los embates de la crisis del sector, por un lado, y la quiebra de su último propietario, el grupo Público, por otro. Fue la de este diario una casa en la que aprendí mucho en cuatro etapas distintas -desde auxiliar de redacción hasta director- y en la que puse muchos ladrillos. Con su desaparición se van 45 puestos de trabajo directos y un icono del periodismo asturiano.

No recuerdo ahora quien me comentó una vez que los periódicos tardan en morir pero mueren. Este ha sido el caso de La Voz de Asturias, tragedia de la que hay que destacar, como siempre que ocurren estas situaciones, al personal. A la marinería que, aún viendo como el barco se hundía, han luchado hasta el final en las más adversas condiciones para que Asturias no se quedase sin esta Voz. Debo expresar mi solidaridad con el director Juan Carlos Cuesta, con el subdirector Julio César Iglesias, así con el resto de los compañeros de redacción y administración. Alguno llegó a trabajar conmigo en mi última etapa como director de La Voz, allá por la década de los 80, caso de mi querida y admirada Pilar Campo.

La Voz de Asturias fue fundada en 1926 por el Conde de Santa Bárbara de Lugones, permaneciendo en poder de la familia Tartiere hasta el año 1965. Pese a que una Tartiere estaba casada con un Luca de Tena y  la familia propietaria del ABC por aquel entonces estuvo a punto de hacerse con la propiedad, lo que hubiera sido fantástico, quien si se hizo con ella fue un empresario gallego, José Eladio Amado de Lema, cuyo abuelo había fundado El Faro de Vigo, vice decano de la prensa europea. Amado de Lema logró hacer consejeros del rotativo, por aquel entonces con sede en la ovetense calle de Gil de Jaz, a los Masaveu y a Raimundo Abando, casado con Dolores Tartiere y padre del hoy presidente de la autoridad portuaria de Avilés, Raimundo Abando Tartiere, introduciéndose a través del periódico en la jet de la sociedad asturiana como empresario de la construcción y ahí está en lo que en su momento fue el polémico parking de la plaza de la Escandalera así como los bloques de viviendas frente a la iglesia de San Francisco.

La compleja personalidad de Amado de Lema impidió la consolidación del rotativo que entró en una espiral de conflictos siendo adquirido en 1986 por el Grupo Zeta que me fichó como director y en donde estuve hasta septiembre de 1989. Probablemente la enfermedad y posterior fallecimiento de Antonio Asensio, fundador y presidente del Grupo Zeta, hizo que dicho grupo mediático se fuera desentendiendo del periódico asturiano hasta que hace dos años se hizo cargo del mismo el grupo Público.

Como digo, todo se vino abajo. Público cierra y La Voz de Asturias, gracias al esfuerzo de su personal, consigue continuar en los quioscos mientras sus directivos a nivel regional buscan posibles compradores. Lamentablemente las gestiones no han dado fruto y el administrador concursal había puesto como límite para encontrar un comprador o la financiación correspondiente el día de hoy. Al no ser posible, La Voz ya no saldrá mañana a la calle. Asturias pierde un periódico que en el que la izquierda oficial y progresista siempre encontró cobijo sin que ello quiera decir que se cerrasen sus páginas a las demás tendencias.

En este triste momento, tengo un recuerdo para los que conocí como  directores emblemáticos del periódico: Roberto Velazquez Riera”Robín”, José Díaz Jacome, Faustino F. Alvarez, Lorenzo Cordero, Rodil, Rodrigo Cepeda, Luis Mugueta y Juan Carlos Cuesta. Antes de conocer el cierre el presidente de la Asociación de la Prensa de Oviedo José Antonio Bron me comentó que el próximo día 3 de mayo en la plaza de la Escandalera de Oviedo está prevista una concentración de profesionales de la comunicación en protesta por la precarización de los puestos de trabajo en el sector y el importante incremento del paro que tiene el mismo. Una importante Voz asturiana se ha apagado. ¿Cuantas más seguirán el mismo camino en los distintos sectores empresariales y sociales de nuestra comunidad?. Un mal día para todos y me temo que no será el único.



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