Dicen los viejos que en este país hubo una guerra… Una guerra donde los vencedores enterraron a los vencidos en las cunetas, robándoles la identidad y el nombre, privando a sus descendientes del pasado y condenándolos a un futuro huérfano. Enterraron la memoria de un país, pero también muchos ataúdes vacíos. Recién nacidos que nunca fueron muertos, sino vendidos.
En una primera fase, en la posguerra, el tráfico de bebés obtuvo una cobertura legal al ser enmarcado en un proceso de "eugenesia positiva", casi hitleriana, para "multiplicar a los selectos y dejar que perezcan los débiles", ideada por el psiquiatra de cabecera del franquismo, Nicolás Vallejo-Nájera. Ese siniestro plan incluía el robo de niños para entregárselos a familias del Régimen. Hasta los años 50 eran los hijos de “ las rojas y las presas” los que arrancaban de los brazos de sus madres sin contemplaciones. Después, simplemente el suculento negocio generado por tan tétrico engranaje funcionaba solo... ¿Cómo iban a dejar de obtener tan sustanciosas ganancias? Poderoso caballero es don Dinero, que a sus pies se plegaron médicos, enfermeras, comadronas, curas, monjas, políticos, jueces, notarios...
No sé cómo dicen esto, de verdad, si se trataba de una obra de beneficencia controlada por religiosas y caritativas manos. Mucho mejor los niños, las niñas, en familias bien, pudientes, de la alta sociedad que en manos de estas mujerzuelas, solteras, parias, ignorantes. Además somos considerados, oiga, si pare dos le dejamos una. Un mercado de adopción ilegal institucionalizado, consentido. A costa de jóvenes modestas, amenazadas, amedrentadas, culpabilizadas, engañadas … cuyo único error había sido, en muchos casos, acudir al Teléfono de la Esperanza o a la asistente social.
Estas prácticas se prolongaron hasta entrados los años 80. La Asociación Nacional de Afectados por las Adopciones Irregulares, ANADIR, calcula que hasta 300.000 bebés recién nacidos pudieron ser separados ilegalmente de sus familias haciéndoles creer que habían fallecido. Me pregunto si los culpables pagarán su deuda con la justicia (humana, no divina) o si se pasará otra bochornosa página sobre nuestra historia reciente. Mientras no encausemos al juez que lo está investigando…
Leo en el diario que se han encontrado dos gemelas separadas al nacer por este procedimiento. La 'muerta' se parece a la viva como dos gotas de agua. Separadas en nombre de Dios y reunidas por la obstinación humana. Nadie les devolverá el tiempo perdido, la vida robada. Pero a estas, por lo menos, les han devuelto la sonrisa.
3 comentarios
# JIM Responder
05/11/2011 21:32Más tradición y menos incorporación de otras costumbres
# babin Responder
19/11/2011 17:37Con toda la tradición que tenemos en España y tan importante en Asturias tenemos que sacar las cosas americanas. ¡¡¡ Me caguen la mar !!!!!!
# #3 Je Responder
30/10/2014 16:36Por mi parte he de decir que acudí a esta página en busca de tradiciones y costumbres de la gente por lo que me ha decepcionado un poco vuestro reportaje.