La cúpula

Desde la creación de los tiempos el hombre siempre ha tenido la necesidad de venerar algún dios, En los tiempos del mundo Griego, Heleno, Espartano, los dioses eran los que te podían castigar y si se enfurecían podrían desaparecer civilizaciones enteras.

 

    Científicamente nunca se demostró que existieran ni existan, pero nosotros los humanos seguimos creyendo en un salvador, que hace que nuestras vidas sean un poco mejor, aunque en estos momentos es de gran duda que así sea, ya que el 80% de las guerras en el mundo están vinculadas a motivos religiosos de diferentes dioses y religiones, pero la lucha es incesante, donde la humanidad se desangra por creencias muchas veces fanáticas.

 

  El año considerado cero, donde nuestra religión católica comienza su penoso caminar, al arrancar esta con la muerte más salvaje que podían tener las personas, debido al ser clavadas en una cruz, según los testamentos escritos dejados por nuestros antepasados, hacen que la historia del catolicismo este cubierta  siempre de sangre humana.

 

  Empezó con un ejemplo de sacrificio, ese ejemplo de bondad, paz, dedicación, ayuda al prójimo, humildad, amistad, se fue transformando simplemente en procesos de supervivencia humana, donde lo católico se fue interpretando de muy diversas formas y utilizando ese poder divino para intereses muy oscuros, apartándose de su objetivo crucial que es ayudar al prójimo.

 

  Los católicos fueron perseguidos durante siglos, se enfrentaron en guerras con otras religiones, como las musulmanas, pero en ese andar se fueron olvidando los mandamientos sagrados, los fundamentos del cristianismo y no aprendimos nada de tanto sufrimiento.

 

Uno de los mandamientos que nos define como personas diferentes, es el reflejado en el quinto mandamiento “no mataras” incumplido tantas veces inclusive por la curia pontificia. Pero si nuestro Dios provenía de  una familia sencilla, para que quiere su representación en la tierra tanta riqueza y poder, si sabemos que nosotros no somos inmortales.

 

Por estos motivos siempre quiero separar al cristiano de verdad  de la gran multinacional pontificia, donde esos mandamientos que nos hacen a todos los cristianos mejores personas o por lo menos nos ayuda a intentarlo, no sean denigrados por personas que muchas veces nos representan en esa multinacional, que hace tiempo perdió el rumbo de la FE  para lo que fue constituida.

 

En el transcurso de los siglos que perdura nuestra religión, muchos mortales utilizaron y utilizan la palabra de Dios para intereses personales y para oprimir al prójimo, no para ayudar al mismo. Esa multinacional cada día se separa más de sus feligreses, ya que muchos de  sus actos no son nada puros, normalmente siempre fueron políticos, en ocasiones aberrantes como los casos de pederastia encubiertos en estos momentos congregando   a veces los peores deseos del ser humano, de ese mal hacer viene este momento de distanciamiento.

 

El Papa tuvo que ponerse estos días duro frente a una revolución interna de sacerdotes en Austria, donde piden una apertura de las leyes de la Iglesia. Si las leyes las dejo escritas Dios de lo que debería ser nuestra Iglesia católica, donde recoge que todos somos iguales a los ojos del señor, hombres y mujeres, porque se oponen estos a que las mujeres de buen corazón y católicas, no prediquen la palabra del señor.

Pero un dato importante, que nos da nuestro pontífice es que somos “ignorantes católicos”, pero si leemos la sagrada biblia, encontramos que muchos de los apóstoles que predicaron la palabra de Dios estaban casados y no por eso la transmitieron mal, incluso podemos decir que mejor, al no desviar sus apetencias corporales a puntos prohibidos simplemente por lo natural.

 

Porque durante todos estos años la empresa episcopal, no se pronuncio sobre los abusos sexuales de parte de sus empleados, emancipando la palabra del señor, porque ciertas tendencias distantes de la Iglesia, cogieron poder simplemente por aportación de dinero a la curia y esta no dice nada en contra de las aberraciones que estas realizan.

 

Pero se atreve hablar de cómo tienen que vivir los cristianos, de cómo tienen que ser las parejas o de cómo deberíamos rezar, entrando muchas veces en campos que el cristianismo desde la más pura de sus raíces se desliga, que es la homofobia.

 

La incongruencia machista reflejada por la política pontificia hace dudar de su buena fe, si en esta semana que pasamos sacamos al paso a todas las vírgenes de nuestra nación, y las veneramos con tanto fervor y devoción, porque una buena mujer no puede predicar la palabra del señor o un hombre casado, si María la madre del señor fue un ejemplo como madre y persona, porque no lo va ser una buena mujer cristiana.

 

En nuestra nación se recorto en los presupuestos generales del Estado, en todos los aspectos de nuestra sociedad, educación, sanidad, dependencia, investigación, ciencia ,  pero en lo único que no recorto el estado, es en el sustento de la empresa multinacional pontificia, porque estos privilegios sociales, diferentes a los intereses nacionales aplicados en otros campos que necesitamos para el desarrollo de nuestra nación.

 

Ejemplo irracional de lo que no debería de ser la Iglesia católica, donde prevalece  una jerarquía  piramidal descomunal, con intereses personales de poder desorbitados,  intereses oscuros, manejo de capital y propiedades donde se cruzan las líneas rojas de manera constante, esto no creo que sea lo que deseaba nuestro Señor Jesucristo, ni lo que está recogido en los libros sagrados que estudiamos.

 



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