Leo en Hispania digital, editado por el periodista ovetense Eulogio López, que los pesos pesados de el empresariado español pertenecientes al Consejo Empresarial para la Competitividad han recomendado a Mariano Rajoy que fiche al comunicólogo Lalo Azcona para que mejore la imagen del gobierno sometido al lógico desgaste de tener que transmitir un día sí y otro también malas noticias al pueblo doliente por esto de la crisis y de los recortes; sin embargo el presidente del gobierno, muy gallego él, no ha aceptado la sugerencia que ya tiene bastante con Soraya Sanz de Santamaría para ponernos los pelos de punta.
Lalo Azcona es uno de los tíos más listos e inteligentes, no es lo mismo, que he conocido en mi vida y durante años dio lustre a nuestra profesión de periodista sabiendo comunicar como pocos lo han hecho a través de la pequeña pantalla. Supo apearse a tiempo de la profesión para convertirse en un empresario de éxito con una compañía, Estudio de Comunicación, cuyos contactos a nivel mundial harían palidecer a la mismísima Hilary Clinton. Debo de decir que pese a su intensa vida profesional Lalo Azcona nunca ha perdido contacto con su tierra, Asturias, donde reside su padre y otros familiares. Cada vez que le traen a la Universidad para dar una conferencia sobre comunicación no me la pierdo. Un libro que recogiera las muchas anécdotas que tiene sobre sus espaldas se convertiría sin duda alguna en un best seller pero la discreción, aunque pueda parecer lo contrario, es uno de los mandamientos que Lalo Azcona cumple a rajatabla. Pienso que si Mariano Rajoy no ha aceptado sus buenos oficios quizás aquí, en el Principado, no vendría mal a nuestros desorientados y erráticos políticos tenerle como asesor para no solo mejorar la imagen de Asturias, paraíso natural, si no también para ayudar a que los responsables de las cuatro formaciones políticas que han obtenido representación en el parlamento regional salgan del atasco y sean capaces de formar gobierno que Asturias continúa desangrándose y nadie parece ponerle remedio.
Y ya que cito a Lalo Azcona tuve el otro día la oportunidad de conocer a un sobrino suyo, Santiago Estrada Azcona, un joven abogado con futuro muy prometedor, que me informó que su abuelo, el gran Ladis, estaba bien en su Gijón del alma. Por contra no me parece a mi que el diputado de Foro Asturias en el Congreso Enrique Alvarez Sostres necesite mejorar su imagen pese a que los encuestados por el CIS le sitúan en penúltimo lugar en la lista de valoración de políticos. Enrique Alvarez Sostres tiene el verbo fácil, es elegante y dentro de su ideología -muy de derechas, eso sí- independiente por condición y convicción. Es una de las pocas personas a quien Francisco Alvarez-Cascos escucha con atención, ya de los tiempos en que era general secretario del PP, salvo en lo relacionado con los medios de comunicación. Alvarez Sostres, uno de los promotores, junto al notario Esteban Fernández Alú y el médico Sergio Montes, ya fallecido, del frustado periódico El Correo de Asturias, es consciente de que Foro Asturias tiene que mejorar sus relaciones con los medios de comunicación comenzando por La Nueva España y la TPA pero ahí, creo, da en hueso duro que el líder de Foro, ya lo he escrito más de una vez, es como los de Piñeres, rompe antes de doblar. Aunque se que las comparaciones son odiosas Enrique Alvarez Sostres está muy por encima de muchos dirigentes de Foro, incluso de su compañero el hoy senador Isidro Martínez Oblanca, y aunque le castañeen los dientes cada vez que tiene relacionarse con sus antiguos compañeros del PP de Asturias sabe que si esta vez a la derecha asturiana se le escapa el gobierno del Principado, apaga y vamos, y es que la resurrección del PSOE en esta Semana Santa empieza por gobernar en Andalucía y en Asturias. Para Alfredo Pérez Rubalcaba es algo así como si le tocase la primitiva. En Andalucía el gobierno de izquierdas, PSOE e IU, parece claro; en Asturias la pelota sigue en el tejado. A ver hasta cuando.
