A medida que nos acercamos al 22 de mayo la presión aumenta entre los responsables de los partidos políticos con ansias de poder. Me explico: Dias días antes del mitin de Mariano Rajoy en el palacio de congresos Calatrava -ya lo pueden llamara Francisco Franco que para siempre le ha quedado el nombre de su diseñador, el citado arquitecto valenciano- grupos del PP y de Foro Asturias se encontraron en el hall. Los primeros estaban preparando la actuación de su líder y los segundos iban a cambiar impresiones con la dirección del centro para preparar la del suyo, Francisco Alvarez-Cascos, que clausurará campaña en este magnífico escenario el próximo día 20, previo a la jornada de reflexión. Pues bien, aunque no llegaron a las manos estuvieron  cerca y se dijeron de todo, como el otro día los jugadores del Madrid y del Barca. Señores, repórtense, ¿Como, sino, vamos a poner nuestra tierra en sus manos?. Debo decir que Mariano Rajoy, y la niña de sus ojos, Isabel Pérez-Espinosa, con el refuerzo de Gabino de Lorenzo y Ovidio Sánchez, discreto telonero éste, lograron llenar las 2.250 plazas de la sala central del Calatrava. Vinieron militantes y simpatizantes de toda Asturias en cincuenta autobuses y también de Galícia de donde llegaron unos diez. Buen reto para Alvarez-Cascos y los suyos el próximo día 20. A ver si también llenan el aforo.

La tensión no impide al jefe de campaña del ex secretario general del PP, José María Pérez, ir en compañía de otro renegado, en el buen sentido de la palabra, José María Casielles, otrora senador por el PP y ahora en las filas de Foro Asturias, como Toño Landeta, en bajar a Viella para degustar una magnífica merluza del pincho de Cudillero, en una jornada dedicada a tan exquisito pescado que organizaron los hermanos González-Izquierdo en su hotel La Cabaña. Allí estuvimos un centenar de personas, incluidos los alcaldes de Noreña, César Movilla, y de Cudillero, Francisco González, que vuelven a presentarse a la reelección el próximo día 22 y creo que conseguirán repetir como alcaldes.

Hizo de pregonero el medio pixueto Ignacio Martínez, ejecutivo de Cajastur, y que concitó, él y la merluza del pincho, a un buen número de importantes ciudadanos como los periodistas Graciano García, José Vélez, Melchor Fernández y César Alvarez, empresarios como José Cosmen que acaba de regresar muy satisfecho de Londres tras apaciguar las aguas en la multinacional NX Express de la que su grupo es tercer accionista en importancia, José Antonio Pardo, uno de los propietarios de Ceyd a quien le comunico la buena noticia de la vuelta a los ruedos -debutará en julio en Valencia- de José Tomás. Mientras hace boca me cuenta que se va dentro de unos días a Las Ventas madrileña para ver a El Juli. También estaba Rafael Cordero, próximo presidente del Rotary Club de Oviedo, del que es uno de los fundadores -cumplen ahora 20 años-, el catedrático  en protocolo Enrique Fernández… bueno, había ovetenses de toda la vida como Fernando Fuente, Federico el de la Mallorquina, el doctor Eduardo González, Armando Alvarez, Juanchi, hecho ya un toro, el arquitecto Rafael Beca con el que suelen confundirme aunque ahora está más gordo que yo, en fin, como diría aquel inolvidable periodista de Proaza que hace muchos años tuvo La Nueva España, Luis Puente, “Sí, señor ministro, aquí está todo dios”.

Pero a quien más me congratuló saludar, perdón al resto, ya que hacía tiempo que no nos encontrábamos, fue  al patrono mayor de la cofradía de pescadores de Cudillero, el bueno de Salvador Fernández Marqués que además cocina el pescado como muy pocos en este país. El trajo, supongo que a buen precio, los cincuenta kilos de merluza del pincho que degustamos y prometió en un día no lejano cocinar para un grupo de entendidos comenzando por José Antonio Fidalgo también presente pero algo marcado por la maldita dieta.