El presidente del Centro Asturiano Alfredo Canteli -que buen político hemos perdido… por el momento- me envía una reproducción del desplegable del mural que ha situado sobre el pabellón infantil inaugurado la semana pasada en las instalaciones del monte Naranco y en el que se identifican los puntos más representativos de la geografía asturiana que se divisan desde el Club de Campo. La verdad es que hay que quitarse el sombreo con la gestión de este bancario jubilado que desde hace unos años está poniendo toda su sapiencia de gestión en este centro asturiano que cuenta con más de 16.000 familias asociadas al mismo. En una Asturias tan necesitada de buenos gestores. especialmente en lo público, Alfredo Canteli hubiera sido un excelente alcalde de Oviedo e incluso un buen presidente del Principado pero, ya se sabe, el ciudadano propone y el dirigente dispone y los dirigentes de los partidos de derechas -su ideología va en esa línea- le tuvieron miedo o quizás emvidia. El caso es que pudo haber sido el sucesor natural de Gabino de Lorenzo si éste, con generosidad y altura de miras, le hubiera colocado en las últimas elecciones municipales como número dos en su candidatura. O a lo mejor hubiera sido alcalde si Foro Asturias le hubiera preferido como número uno en vez de Arturo González González de Mesa, más mudo esta temporada que un aficionado el sábado en El Molinón cuando el Zaragoza marcó el gol de la victoria.
A la vista de lo que está sucediendo ¿Por qué Genova no vio en él a un candidato a encabezar la lista autonómica del Partido Popular?, pero ni unos ni otros quisieron apostar a fondo por esta persona nacida en Teverga y gran conocedor de la sociedad asturiana. La renovación es una palabra de la que los dirigentes de los partido políticos huyen como gatos escaldados y así nos luce el pelo. Asturias de Este a Oeste, de Tinamayor al Eo, como titulaba el periodista José Antonio Cepeda sus crónicas regionales en el desaparecido diario Región, empieza a pasar olímpicamente de nuestros dirigentes incapaces de ponerse de acuerdo -¿Por qué no ese gobierno de concertación regional que propone UPyD?- y los empresarios ya no saben a que atenerse con una Administración paralizada y casi 100.000 parados ante la falta de ventas y competitividad de nuestras industrias.
Pero nada, tranquilos, venga a reunirse para marear aún más la perdiz esperando en vano que algún día el maná caiga del cielo. Como dijo Francisco Alvarez-Cascos en su discurso en el parlamento asturiano como candidato a la presidencia del Principado hace siete meses muy pronto celebraremos dos acontecimientos memorables para Asturias: el 500 aniversario del descubrimiento de La Florida y el 450 aniversario de San Agustín, la más antigua de las ciudades de América del Norte, fundada por Pedro Menéndez de Avilés, actos que tendrán lugar en el 2013 y en el 2015 respectivamente. Estas conmemoraciones en la que Asturias deberá participar activamente sirven para recordar que casi 90.000 asturianos viven y trabajan en otros países del mundo. Tampoco a los emigrantes parece importarles mucho quien gobierne en su tierra de nacimiento a la vista de los pocos votos recibidos en las recientes elecciones autonómicas. Al no resolver la composición del Consejo de Comunidades Asturianas, donde un dimitido y desaparecido Manuel Fernández de la Cera, continúa siendo el presidente titular el gobierno de Alvarez-Cascos pese a tener un director general encargado de ese área apenas ha aplicado política alguna con los centros asturianos salvo con los de Buenos Aires y Tucuman, en La Argentina cuyos responsables son casquistas furibundos hasta el punto que el actual presidente del Principado, ya en funciones, les había prometido acudir todos los años por Covadonga a celebrar con ellos el Día de Asturias.
Bueno, pues aquí, en la madre patria asturiana, se comenzó la casa por el tejado y ahora no parece haber manera de colocar los cimientos y Alfredo Canteli hubiera sido un muy buen jefe de obra.