No vi a Javier Fernández en la manifestación de ayer en Oviedo. Estoy de acuerdo en que la jornada de huelga general, con sus mas y sus menos, se llevó de manera pacífica. Es cierto que los piquetes informativos pudieron constatar la crispación del ciudadano, especialmente cuando intentaban que algún comerciante u hostelero cerrara su establecimiento, y es que los propietarios en unos casos y empleados en otros se encaraban con el piquete esgrimiéndoles como entre unos y otros les están llevando a la ruina. Y mientras el tiempo continúa pasando y la Administración asturiana paralizada a la espera de que se constituya una nueva Junta General del Principado y por consiguiente un nuevo Gobierno. Me cuentan testigos del encuentro ayer entre Francisco Alvarez-Cascos y Mercedes Fernández que éste fue más bien frío y es que enseguida se nota cuando hay filing entre dos políticos. En este caso lo hubo cuando cuando ambos eran del mismo partido pero ahora dudo que tengan empatía mutua. Alvarez-Cascos cuando el interlocutor no le es simpático al saludarle nunca le mira a la cara y ayer se notó, sin embargo debemos confiar en que unos y otros piensen en el bien de Asturias y menos en sus intereses y posturas personales. Si Foro Asturias tuviera razón en ese argumento de que en los últimos meses hubo una entente PP/PSOE a lo mejor ha llegado el momento de quitarse las caretas y formar con sus respectivos 10 y 17 escaños un gobierno que así tendría una suficiente mayoría con el senador Javier Fernández como presidente; además, al disponer del Partido Popular como socio no tendría ni mucho menos cerradas las puertas de la Administración central y hasta Mercedes Fernández podría hacer un discreto mutis por el foro, no el de Alvarez-Cascos, por supuesto, y mantener su sillón en Madrid.
Pero dejémosnos de sueños imposibles, la realidad es que UPyD tiene la llave y que unos y otros están llamados a entenderse porque si Asturias se ve abocada a unas nuevas elecciones, el que avisa no es traidor, nuestros políticos responsables de ello tendrán que irse no solo del Principado sino de España, tal es el cabreo del ciudadano de a pié. Miren que la armaron bien Mariano Rajoy y los suyos cuando no apostaron por Francisco Alvarez-Cascos para encabezar la lista a las autonómicas. Hubiera gobernado la derecha con una amplísima mayoría absoluta. Parece mentira para Gabino de Lorenzo, Cospedal, Ovidio Sánchez -¿Que fue del chico del flequillo y voz a lo Leonard Cohen?- no conocer al general presidente y su capacidad de reacción ante la adversidad. Al final Asturias cae en lo que siempre ha querido evitar el líder de Foro, que sea Madrid quien tome las decisiones sobre nuestro futuro inmediato. Porque hasta la nueva formación que ha irrumpido con un escaño, Unión, Progreso y Democracia, en nuestro parlamento, tiene su cerebro en Madrid por lo que es Rosa Díez, y nada más que Rosa Díez, la que va a decidir hacia que lado de la balanza se inclina el voto de UPyD.
Lo que no me trago, dicho con todos los respetos, es que Francisco Alvarez-Cascos esté ahora tan colaborador que incluso decline ser presidente en favor de Mercedes Fernández. De ocurrir sí supone su marcha definitiva de nuestra comunidad autónoma, dejando en la estacada a unos cuantos miles de seguidores cuyo único consuelo es el de regresar poco a poco al redil del Partido Popular. De momento el general presidente continúa dando guerra y recurre el recuento de votos realizado por la Junta Electoral mientras Javier Fernández se devana los sesos buscando argumentos para convencer a UPyD de lo bueno que será para nuestra región que les apoye, al PSOE y a IU, lo que es más difícil. Salga el sol por Antequera, lo que urge es que haya acuerdo en la línea que sea. Cuanto antes. Los 100.000 parados, las empresas en crisis, el desencanto de los jóvenes, la preocupación de los viejos así lo exigen.