La diputación permanente de la Junta Carlista del Principado de Asturias decidió esperar a que se conociera el recuento del voto emigrante (el llamado voto CERA, "Censo Electoral de Residentes Ausentes") antes de hacer público su análisis de los resultados de las elecciones autonómicas del pasado día 25 de marzo. Como cabía esperar, el escaño que gana el PSOE por unas pocas decenas de votos (no parece probable que prosperen los recursos presentados por Foro-FAC) ha sido la nueva gran noticia en los medios. Como si cambiara algo que la "izquierda plural" A (PSOE + IU) controle el mismo número de escaños que la "izquierda plural" B (Foro-FAC + PP), en espera de que la "izquierda singular" UPyD decida a quién apoya. La verdadera gran noticia, sin embargo, está mereciendo menos titulares.
Nos referimos, naturalmente, a la colosal victoria de la abstención. Ateniéndonos a las cifras oficiales provisionales, y al margen de los pucherazos (que haberlos, haylos) nada menos que 396.777 votantes potenciales, el 44,08% del censo electoral asturiano, han rechazado el sistema negándose a votar, como había pedido públicamente la Comunión Tradicionalista. Si a esta cifra sumamos la de los 4.283 votos nulos, el 0,85%, y los 7.162 votos en blanco reconocidos, el 1,43%, resulta que han rechazado el proceso electoral 408.222 de los posibles votantes, el 46,36%. Podrían incluso añadirse los votos reconocidos a candidaturas de castigo, como "Escaños en blanco", que han sido 4.095: resultan 412.317, un punto porcentual más de rechazos. Sobre un censo electoral que apenas sobrepasa las novecientas mil personas, la abstención es abrumadora. De lo cual los carlistas nos congratulamos.
Compárense esas cifras con las oficiales provisionales atribuidas a los partidos que han obtenido representación. El PSOE, al que se da por ganador, 159.811 votos (casi veinte mil menos que el año pasado, aunque la ridícula ley electoral le conceda más escaños); el Foro-FAC, 123.979 (casi cincuenta y cinco mil menos que el año pasado); el PP, 107.476 (casi setenta y un mil votos menos que el año pasado). Aumentan algo (para relativa sorpresa de los asturianos inteligentes) Izquierda Unida, 68.827 votos, y "Unión, Progreso y Democracia", 18.739 votos. El falso regionalismo y el nacionalismo prácticamente desaparecen.
La normativa electoral vigente es ridícula, como hemos dicho, y además tiránica y totalitaria. Felicitamos a los que han rehusado participar en la farsa. Pero manifestamos también nuestra preocupación por el futuro de Asturias, porque todo sigue igual. En manos de la misma casta parasitaria que ha desmantelado y devastado nuestra región. Los políticos ahora electos son nuestros enemigos, pequeños sátrapas y a la vez dóciles instrumentos del gran capital, del Gobierno de Madrid y de la Unión Europea. Que la Santísima Virgen de Covadonga nos ayude a librarnos de ellos. Por el momento nos ha concedido esta pequeña victoria.