La muerte no llama, entra sin permiso y te lleva. Para consuelo de los que quedamos, solo se apropia del envoltorio. Nuestro paso por aquí permanece entre los seres mas queridos, los amigos/compañeros de trabajo. En los tanatorios en "corrillos" ante el finado, se narran/cuentan anécdotas y vivencias compartidas. Alguno mostrara incluso alguna reciente fotografía.

 

Son algunas reflexiones que me hago ahora por la partida de la pasada noche de José Vélez, seguro que con su inseparable "cámara" estará plasmando las primeras instantáneas del otro lado del cielo. San José -por, tocayo- sería el primero.

 

Debo decir, ante todo que mi relación con él fue meramente testimonial. Lo veía con frecuencia en la primera mesa de la izquierda en la entrada del Restaurante "La Goleta" dónde se reunen periodistas, pintores, doctores, empresarios, y "ojeadores" como el que escribe esto. Los temas mas candentes se ponen sobre la mesa blanca/celeste, amen de los riojas, cavas y cervezas. Allí, se citan Avila, Mugueta, Nacho, Eduardo, Miguel, Manolo Linares, Ramiro, Enrique, etc.

 

El día del padre y precisamente cuando celebraría su "santo" nadie podrá felicitarle, solo acompañarle a la ceremonia/ritual del enterramiento. Allí, en el triste y sentido adiós estarán presentes todos cuantos han disfrutado de su gran personalidad/profesionalidad. Nos sacará a todos su última foto que se llevará con él en su enorme y generoso corazón.

 

La prensa regional asturiana ha perdido un gran periodista, su legado permanecerá eternamente.

 

Un amigo nunca se va mientras otro le recuerde.