El lema elegido por la Consejería de Bienestar Social e Igualdad para conmemorar el 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres, es ‘Tiempo de igualdad real’, un lema que refleja una forma de mirar y una forma de actuar. ¿Y por qué este lema?
Las circunstancias que vivimos en el ámbito económico, laboral y social hacen que sea éste un tiempo con dificultades y lleno de retos. Estas circunstancias tienen un reflejo y una relación directa con el nivel de inclusión, tanto de hombres como de mujeres. Ambos deben afrontar en su día a día un camino muchas veces árido para conseguir algo que es un derecho, el derecho al trabajo, un derecho reconocido para unos y otras.
Pero es de justicia decir también que las mujeres tienen algunas dificultades más para seguir adelante en ese camino, y es ahí donde queremos incidir, en que es un reto alcanzar la igualdad real: queremos que la igualdad escrita sobre el papel sea palpable cada día en la vida laboral y empresarial, con el acceso a puestos de responsabilidad, con la equiparación salarial sin distorsiones a lo largo de los años de desarrollo profesional; y también la igualdad real, palpable, en la vida cotidiana y social, evitando paternalismos e imposiciones, del tipo que sean.
Nos gustaría mostrar el rostro de la mujer actual, la mujer de nuestro tiempo, afanada en mil batallas diarias para armonizar todos los campos en los que está presente, que van, desde las responsabilidades familiares, -con todo lo que ello puede englobar para cada una-, hasta las responsabilidades laborales, -en el afortunado caso de que las tenga-, y en el ámbito social o en el de ocio.
A través de éstos escenarios, muchas mujeres y, desde luego, muchas mujeres asturianas, desarrollan valiosas iniciativas de todo tipo: empresariales, laborales y profesionales; de inserción, iniciativas sociales, contra la violencia de género, artísticas, deportivas y un largo etcétera.
En este tiempo que vivimos, todos esos esfuerzos, iniciativas y realidades deben de ser muy tenidos en cuenta. Sería un lujo desechar y perder toda esa energía que está moviendo con tanta ilusión y entrega nuestra sociedad asturiana. Y por ello esas mujeres, además de ser vistas, deben ser oídas, y escuchadas; y escuchadas con atención, porque tienen muchas cosas que decir.
No está entre los cometidos de la Administración imponer un modelo de mujer, pero sí el fomentar y propiciar las condiciones para que, con espíritu de libertad, las mujeres puedan desarrollar sus capacidades de la forma que hayan elegido.
Una de las primeras premisas, por tanto, será que la Administración actúe de garante y propicie que los derechos de las mujeres sean respetados y defendidos y que su dignidad respaldada, ya sea en el ámbito laboral, empresarial, económico, social o familiar, asegurando la igualdad de oportunidades.
En este sentido, el ordenamiento jurídico tiene suficientes elementos en los que basar esta defensa, y además, y en concreto, el Principado de Asturias se ha dotado de la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres y la erradicación de la Violencia de Género. Pues bien, sigamos desarrollándola, sigamos haciendo que sea efectiva, que tenga un reflejo real en la vida cotidiana de cada mujer y de cada hombre de Asturias. Hagamos que entre hombres y mujeres se viva el espíritu y la intención de esa ley.
Sin embargo, los textos jurídicos, sin personas que los hagan vida, que lo lleven a efecto y que lo hagan real en la vida cotidiana, serían papel mojado. Esta es la razón por la que cada uno y cada una debe poner en marcha actitudes en su vida cotidiana y real, para que las leyes sean no algo obligado, sino vivido.
En este sentido, podemos dar un paso adelante.
Podemos ir más allá también en la igualdad entre hombres y mujeres a la hora de coger la batuta, de asumir cargos de responsabilidad, sería deseable que nadie, ni ellos ni ellas, se quedaran atrás por asumir al tiempo responsabilidades familiares. Podemos ir más allá por tanto en el desarrollo de planes que aseguren esa posibilidad. Podemos ir más allá a la hora de hacer efectiva la dignidad de las mujeres en todos los ámbitos, también en el ámbito de la vida privada.
Para ello este Gobierno del Principado de Asturias venía bien preparado, con la elaboración, entre otras medidas, de dos planes ‘Asturias Concilia’ y ‘Ella dirige’, asegurando a través de su desarrollo esas condiciones a las que me he referido: formación, acceso a puestos de dirección, facilidades para la conciliación laboral y familiar, facilidad para el desarrollo personal y profesional…en definitiva, para el desarrollo personal y profesional de las mujeres y, en definitiva, de toda la sociedad asturiana.
Podemos llegar más allá, podemos llegar a un nuevo tiempo de igualdad real, y a ello les invito en este Día Internacional de las Mujeres
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Consejera de Bienestar Social e Igualdad
Gobierno del Principado de Asturias