Se acaba de conocer la decisión del juez de adimitir que Iñaki Undargarín vaya a declarar mañana realizando el tránsito hasta la sede judicial en un vehículo. Me parece sensato. El bochornoso espectáculo vivido estos días en las cadenas televisivas y tertulias de inconscientes en radios y tabernáculos me tenía preocupado. No es digno para una sociedad humana defender que una persona que tiene que comparecer ante un juez deba de hacerlo sometido a un paseillo infernal humillante y peligroso, porque lo mismo que le caen insultos, huevos podridos, escupitajos y tronchos de col pueden caerle dos navajazos o un tiro de cualquier exaltado.
Defender eso, digo, por gentes que afirman tener media cultura en la cabeza, es terrible. es legitimar la revolución de las flores de Mao, que acabó con millones de chinos por llevar gafas, a los jémeres que asesinaron a otra porrada de millones por que pensaban que pensaban, y es legitimar la tortura del inocente, o del culpable, me da lo mismo, por la chusma enfervorizada. La policía ha sido más sensata, y ha advertido a Su Señoría judicial de que podía encontrarse con un serio problema en las manos, me figuro. Porque vaya papelón para España si por la presión de los antimonárquicos de la caverna o los republicanos de la gruta nos encontramos en La Haya explicando que se dejó golpear al declarante, o asesinar ¿quién sabe? sólo por satisfacer los bajos instintos del pueblo.
Por la misma, y seguro en mi convicción de que España está llena de gente sensata, también me preocupa que se siga dando pábulo a la especie de que las manifestaciones de estudiantes --¿quién no lo fue? ¿Quién no tiene hijos en la edad?-- son por sistema orquestadas por la confabulación internacional anti Gobierno. Lo suyo de los estudiantes, ayer, hoy y mañana, es tener inquietudes. Y lo suyo de las FOP es no molerlos a palos, aunque los insulten. Pretender justificar una carga policial --ordenada por alguien, porque nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son modernas, plenamente formadas y profundamente democráticas, me consta-- por unos insultos ofende la inteligencia humana. Lo mismo que a los mineros o los trabajadores del metal no se los dispersaba a tiros en los años 60, no procede hoy en día partir el espinazo a nadie aunque llame de todo a un señor al que no le ve ni la cara.
Sé que no todos estarán de acuerdo conmigo, pero les doy dos claves: Soy un hombre que ama el orden, aunque no a costa de la uniformidad de pensamiento. Soy un asturiano que creen en Asturias y en los asturianos. Y soy un español que cree en España y los españoles. ¿Soy un optimista? Lo prefiero a la botella medio vacía..., salvo que sea de sidra y la haya compartido con ustedes.
Un abrazu. Ésto mejorará. seguro.
