Oviedo.- La Junta de Gobierno ha aprobado los pliegos de contratación a la construcción de parques caninos con un presupuesto de licitación de cercano a los 100.000 euros y tres meses de ejecución. La concejalía de Infraestructuras y Servicios Básicos, que dirige Ana Rivas, responsable del área de parques y jardines, pretende con este proyecto habilitar espacio verde urbano donde se pueda llevar a las mascotas. El diseño de las obras está basado en la necesidad de conciliar las demandas ciudadanas y solucionar un problema de convivencia de la ciudad, poniendo remedio a la carencia de espacios reservados para perros, donde los propietarios puedan disfrutar de la compañía de sus mascotas.
El proyecto consiste en habilitar recintos acotados donde las mascotas pueden hacer ejercicio y jugar bajo la supervisión y control de sus dueños. Se dotarán de accesos organizados mediante puertas, fuentes adaptadas para perros y humanos y sistemas de recogida y limpieza. En estos espacios los excrementos deben ser recogidos por los propietarios y depositados en las papeleras existentes.
En total se construirán seis parques caninos, que se instalarán en espacios ubicados en los siguientes parques públicos: Juan Mata, en el barrio de Buenavista; Ángel González, en Vallobín; Francisco Tuero Bertrán, en Montecerrao; Vetusta, en Vetusta; Campus del Milán; y Enrique Quirós, en La Monxina. Además, se renovará el cierre del espacio existente ya en el Campo de San Francisco. Todos ellos tendrán unan superficie variable, que va desde los cerca de 300 metros cuadrados en el caso del parque Ángel González, el más pequeño, hasta los 1.142 metros cuadrados que ocupará el espacio que se habilitará en el Campus del Milán, el más grande después del que ya existe en el Campo de San Francisco.
Los parques caninos estarán claramente señalizados con accesos y normas diferenciados. Los propietarios de los perros estarán sujetos a una serie de medidas para evitar que el parque se convierta en un foco de suciedad y deberán respetar una serie de normas, entre ellas, la más importante estriba en que aunque los perros puedan permanecer sin correa, deberán estar siempre acompañados y vigilados por sus dueños.