El alcalde, Wenceslao López, el Arzobispo de Oviedo y el Padre Ángel han glosado la figura del religioso, una de las figuras clave durante la Transición a la democracia.
"Un defensor de la libertad y la justicia social que fue una figura memorable y necesaria". Así definió el alcalde, Wenceslao López, al cardenal Enrique Tarancón que desde hoy cuenta con una plaza en Oviedo. El regidor recordó la importancia de la labor que Tarancón desarrolló como Arzobispo en Asturias en los años sesenta "siempre preocupado por la justicia social y los más desfavorecidos".
El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, se mostró muy satisfecho de que el cardenal Tarancón cuente con un espacio público en Oviedo dada su excepcional trayectoria. Por su parte, el Padre Ángel, promotor de la iniciativa para que una plaza de la ciudad llevara el nombre del prelado, destacó la cercanía que siempre caracterizó a Tarancón. "Mientras que él fue Arzobispo nacieron en Oviedo la Cruz de los Ángeles y Mensajeros de la Paz porque su preocupación por los más desfavorecidos era inmensa". Al acto de inauguración acudieron, además de representantes de los grupos municipales de la corporación , delegado y responsables de las residencias de Mensajeros de la Paz en todo el país. La interpretación de la pieza ‘Lamento' de José Manuel Gutiérrez ‘Guti' puso punto y final al acto.