El paro juvenil en el origen de la rebelión en el mundo árabe

El paro juvenil en el origen de la rebelión en el mundo árabe

Mientras que las imágenes de las protestas en el mundo árabe dan la vuelta al mundo, es oportuno analizar los motivos que llevaron a estas personas, en su mayoría jóvenes, a las calles. La tasa de desempleo, extremadamente alta (de 23,4 por ciento en 2010), es una de las causas más importantes, si bien no la única, de estas insurrecciones populares. OIT en Línea entrevistó a Dorothea Schmidt, experta principal sobre empleo de la oficina de la OIT en El Cairo.

 

El Consejo de Administración de la OIT celebró una sesión especial dedicada a discutir cómo garantizar un futuro más equitativo para el mundo árabe, partiendo del respeto de los derechos fundamentales, el empleo y la protección social como base para un crecimiento más sostenible.

Las presentaciones del panel realizadas frente al Grupo de Trabajo sobre la Dimensión social de la Mundialización del Consejo de Administración de la OIT suscitaron una animada discusión sobre las diversas políticas, estrategias y medidas dirigidas a garantizar un desarrollo económico y social más sostenible en la región árabe.

 

Las discusiones reconocieron que el desempleo juvenil en el mundo árabe es parte de un problema más amplio caracterizado por mercados laborales débiles, con muy pocas o demasiado pobres oportunidades de empleo. Los participantes también dijeron que este problema se daba dentro de un contexto general de escasas inversiones y falta de crecimiento, junto a un sector privado muy restringido y estrechamente controlado. “En relación a la situación del desempleo, las tasas extremadamente altas de desempleo juvenil en la región, con un promedio de más de 23 por ciento, son muy preocupantes”, explicó Dorothea Schmidt. “Para las mujeres jóvenes, las tasa promedio de desempleo de 31,5 por ciento es aún peor, al margen de que su participación en el mercado laboral es ya mucho menor que en cualquier otro lugar en el mundo”, agregó.

 

Según la experta de la OIT, aún cuando los jóvenes tienen empleo, con frecuencia se enfrentan a condiciones de trabajo muy pobres: salarios bajos, poca protección social, falta de contratos formales y perspectivas profesionales, y sindicatos débiles o inexistentes para darles voz. “Entonces no debemos sorprendernos de que muchos jóvenes estén enfadados”, dijo.

 

La situación afecta también a los más educados

El sentimiento de frustración entre los jóvenes se ve exacerbado por el hecho de que los padres han invertido mucho dinero en la educación de sus hijos, con la esperanza de garantizarles un futuro mejor.

De acuerdo con Dorothea Schmidt, sucede con demasiada frecuencia que la realidad no satisface estas expectativas. “Los que tienen un nivel de educación e ingresos más altos se ven igual de afectados por el desempleo que los que tienen un nivel de educación e ingresos bajos. Además, la cobertura de la seguridad social, incluyendo las prestaciones por desempleo y el régimen de pensiones, en general sólo existe para los funcionarios públicos. Si una persona está desempleada caerá en la pobreza con mucha rapidez”.

 

Según la experta de la OIT, los problemas del mercado laboral en la región tienen muchas semejanzas, aunque los países difieren en muchos aspectos. Por ejemplo, en Túnez, los jóvenes han recibido una educación mucho mejor que en Egipto. Del mismo modo, Túnez ha logrado mayores progresos que otros países en la región en la lucha contra la discriminación hacia las mujeres en el mercado laboral.

También existen diferencias en el tamaño del sector informal. En Egipto, la mayoría de los nuevos puestos de trabajo son creados en esta parte de la economía, mientras que en Túnez el sector informal desempeña un papel menor. A pesar de estas diferencias, el desempleo en Túnez es mucho menor que en Egipto.

 

“La creación de empleo es una prioridad apremiante para los nuevos gobiernos de estos dos países. Esto no sucederá de la noche a la mañana. Pero a mediano plazo se pueden alcanzar muchos progresos si la formación de los jóvenes se orienta hacia las necesidades de los empleadores y las empresas”, dijo Dorothea Schmidt. “A su vez, los empleadores deberían mejorar las condiciones de trabajo de los jóvenes”.

De acuerdo con Dorothea Schmidt, las políticas del mercado laboral deberían garantizar la convergencia entre la oferta y la demanda. “Los jóvenes empresarios deben ser estimulados a establecer su propio negocio. Las pequeñas y medianas empresas crean la mayoría de los puestos de trabajo en el mundo actual”, explicó.

 

Papel clave de los interlocutores sociales

Como mostró la discusión en el Consejo de Administración de la OIT, los sindicatos y las organizaciones de empleadores desempeñarán un papel decisivo en los procesos de reforma en curso porque pueden garantizar que las voces de los empleadores y de los trabajadores sean escuchadas.

Habib Yousfi, representante de los empleadores de Argelia, se unió a Ahmed El-Borai, ministro de Trabajo e Inmigración de Egipto, en el debate y ambos insistieron en la importancia del diálogo social entre gobiernos, empleadores y trabajadores para “alcanzar la paz social y crear un clima que favorezca el desarrollo económico”.

 

Ahmed El-Borai calificó la revolución egipcia como un modelo para “cambios pacíficos y racionales en la región y el mundo entero”. Incitó a los mandantes de la OIT de todo el mundo a escuchar a la OIT y “fortalecer su papel con el objetivo de lanzar un proceso de desarrollo genuino, una globalización orientada hacia el desarrollo que esté al servicio de la economía real, incluyendo a los más necesitados de la sociedad”.

El Director General de la OIT, Juan Somavia, dijo que la OIT estaba lista para apoyar este proceso de desarrollo, en la región árabe y en todo el mundo. “El objetivo general es promover el empleo y los derechos a través de estructuras e instituciones de diálogo social sólidas”, señaló.

“Este es un momento de grandes oportunidades, se han desencadenado una gran creatividad y energía. Debemos desarrollar estrategias para capacitar a gobiernos, empleadores y trabajadores en la región para reducir el desempleo juvenil, fortalecer la gobernanza democrática a través de la libertad sindical y la negociación colectiva, e incrementar la justicia social y la protección social”, agregó Somavia.

 

Foto: Ramy Raoof

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