Oviedo.-El Grupo Parlamentario Popular, a través de su portavoz de Cultura Pedro de Rueda, ha denunciado ante los medios de comunicación los problemas que padece el Museo de Bellas Artes de Asturias ante la callada por respuesta del gobierno regional. Problemas que el PP lleva meses denunciando en la Junta General del Principado y que son tanto técnicos como de vigilancia o de falta de presupuesto.
De Rueda, acompañado en la rueda de prensa por Trinidad Rodríguez y Elisa Collado, las representantes del PP en el patronato que tutela el Bellas Artes, lamentó la falta de una política cultural por parte de los socialistas, además de su mala gestión de los equipamientos ya existentes, como es el el caso del Bellas Artes, referente a nivel nacional en los equipamientos de estas características.
Por no hablar de la necesidad de acometer la segunda fase del proyecto de ampliación del museo, que el gobierno socialista se había comprometido a realizar en esta legislatura.
"El PP preguntó por la ausencia de una partida para este asunto en los presupuestos, a lo que la Consejería de Cultura respondió que no era necesario porque no había "ningún proyecto" previsto para el museo", aseguró Trinidad Rodríguez. Además del PP, el propio director del Bellas Artes ha trasladado al gobierno regional las carencias del equipamiento a través del patronato. Pero dichas carencias siguen sin solución.
El museo debería contar con 22 vigilantes, once para cada turno, aunque sólo dispone de 13. En 2016, se acordó la contratación de seis nuevos profesionales de seguridad; a día de hoy, esos contratos siguen sin formalizarse. La falta de personal va más allá: "Se necesitan urgentemente conservadores. La única persona que está realizando esta labor es el director, que ha tenido que asumir unas competencias que no le corresponden, a pesar de su gran labor. Y también un responsable de educación", expuso Rodríguez.
En cuanto al presupuesto asignado a este museo, lleva congelado desde 2011, lo que resulta más criticable una vez culminada la primera fase de ampliación, ya que el edificio ha duplicado su superficie y, por tanto, requiere mayor desembolso para su mantenimiento. Ante esta situación, el PP propone el cobro de entrada "a un módico precio", lo que ha sido rechazado de forma "tajante" por la oposición. "Suena a chiste. Los Museos de Bellas Artes de Madrid o Sevilla, el Louvre...cobran entrada y nadie se rasga las vestiduras", señaló el diputado popular, que ha recordado en Asturias también se cobra en museos como el de la Sidra o el de Tito Bustillo, entre otros, "por lo que parece que sólo se mercantiliza el arte en algunos casos".
Lo que ocurre, concluyó De Rueda, es que "para el gobierno regional la cultura es el patito feo", de ahí que no estén explotando todas las posibilidades de un edificio que debería ser fundamental en la promoción turística de la región. A lo que añadió: "Por no hablar de los pufos del despilfarro de anteriores etapas socialistas".