105 millones de años de la escuela de ligue insectil

105 millones de años de la escuela de ligue insectil

Un equipo científico ha  descubierto la primera evidencia de conducta de cortejo sexual en el regis tro fósil de los colémbolos —unos pequeños artrópodos hexápodos y sin alas muy próximos a los insectos— de haceunos 105 millones de años. El estudio, publicado en la revista científica PLOS ONE, documenta también laevidencia más antigua de agregación en estos hexápodos que están presentes en la mayor parte de losecosistemas terrestres.
Son autores de la  nueva investigación los expertos Alba Sánchez y Xavier Delclòs, de la Facultad de C ienciasde la  Tierra y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona; EnriquePeñalver, del Instituto Geológico y Minero de España, y Michael S. Engel, de la Universidad de Kansas(Estados Unidos).
Los hexápodos —un subfilo de los artrópodos que incluye también a los insectos— son los organism os  quemuestran una mayor diversidad de formas de apareamiento y de conductas sociales. Sin embargo, laevidencia directa o indirecta de estos tipos de comportamientos es muy escasa en el registro fósil.
En el nuevo estudio, el equipo científico ha documentado dos  comportamientos —observados también enf orma s actuales— en dos especies extintas de colémbolos. Este nuevo descubrimiento está basado en elanálisis de diversas piezas procedentes del yacimiento de ámbar cretácico de Peñacerrada (España), que esun referente mundial en el estudio de fósiles del Mesozoico.


Machos con antenas prensiles
En la investigación, los autores han estudiado un colémbolo macho –un ejemplar de la especie fósil Pseudosminthurides stoechus muy bien conservado en el ámbar– que presenta las antenas modificadas para poder sujetar a la hembra durante la fecundación. Esta especie
pertenece a la familia Sminthurididae, un linaje que en la actualidad está representado por una decena degéneros de distribución cosmopolita que suelen encontrarse en la superficie del agua.
Tal como explica el profesor Xavier Delclòs, del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano UB y del  IRBio, «aunque en la mayoría de las familias de colémbolos no existen marcadas diferencias entre machosy hembras, en la familia Sminthurididae –y también en la especie fósil que hemos descrito– los machos secaracterizan por presentar antenas prensiles para sujetar a las hembras».

 

El reto del cortejo sobre el agua


Los colémbolos habitan una amplia variedad de ambientes terrestres y pueden encontrarse también enalgunos ambientes acuáticos. La transferencia de esperma del macho a la hembra en colémbolos es unproceso particularmente complejo cuando se realiza en la superficie del agua. Por ello, en especies acuáticases común encontrar modificaciones morfológicas y comportamientos que faciliten la reproducción.
Tal como explica la investigadora Alba Sánchez (UB-IRBio), primera autora del artículo, «el ejemplar estudiadoen el artículo presenta una serie de adaptaciones morfológicas que indican que viviría en la superficie delagua. Por ese motivo, la sujeción de la hembra mediante las antenas sería vital para garantizar el proceso defecundación. Además, es muy probable que el macho exhibiese danzas o rituales complejos utilizando lasantenas modificadas, tal como ocurre en sus parientes actuales».
«Este descubrimiento es muy significativo porque representa la primera evidencia de conducta de cortejo entodo el registro fósil de los colémbolos, que ya tendría lugar hace 105 millones de años» añade lainvestigadora.

 

La evidencia más antigua de comportamiento gregario


En algunas especies de colémbolos, los individuos tienden a agregarse e incluso llegan a formar masas de
millones de individuos que migran distancias considerables sobre la superficie del suelo (enjambramiento).
En el marco de la investigación, el equipo científico también ha descubierto en otra pieza de ámbar una
agregación de 45 colémbolos de la especie fósil Proisotoma communis. Este hallazgo representa la evidencia
más antigua de comportamiento gregario en el orden de los colémbolos ya que el único registro conocido
hasta ahora es una agregación de colémbolos en un ámbar de República Dominicana de hace unos 18
millones de años.
En palabras del experto Enrique Peñalver (IGME), «en un trocito de ámbar de menos de un centímetro
cuadrado de superficie hemos descubierto una pequeña instantánea de lo que pasaba en el suelo del bosque
resinífero. Junto a pequeñas heces, hifas de hongos y restos vegetales medio descompuestos, los colémbolos
se muestran atrapados en forma de agrupación, tal y como se encontraban hace 105 millones de años».
«Los descubrimientos que presenta el nuevo artículo de la revista PLOS ONE nos muestran la gran
antigüedad de ciertas conductas para la reproducción o comportamientos presociales y de ciertas
adaptaciones morfológicas para facilitar el contacto entre los machos y las hembras en los hexápodos. Como
estos comportamientos se extienden hasta la actualidad, se puede concluir que las presiones de la selección
natural no han debido de cambiar mucho en millones de años para estos pequeños organismos» concluyen
los autores.
El artículo, financiado por fondos gubernamentales nacionales y autonómicos y con la colaboración del Museo
de Ciencias Naturales de Álava (Vitoria-Gasteiz), se enmarca en las investigaciones del grupo AMBERIA y
del Grupo de Investigación Consolidado de Geología Sedimentaria de la Universidad de Barcelona.

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