Forlín y Steven anotaron los goles del triunfo oviedista (2-1) que remontó el marcador en contra en el partido celebración del 92º aniversario

(De realoviedo).-El entrenador del Real Oviedo, Juan Antonio Anquela, valoraba la victoria de su equipo ante el Granada porque "era un partido importante. Todo el mundo aprieta y aquí no se regala nada. Son tres puntos buenos, ante un gran rival, que espero que nos sirva para cambiar la dinámica".

Preguntado por lo que le dijo al jugador del filial y autor del gol del triunfo, Steven, el jienense señalaba que "es un jugador del que tengo mucha confianza. Tengo mucha confianza en el Vetusta, es un gran equipo y se puede tirar de ellos. Steven aporta, nos ha dado el gol de la victoria".

En cuanto a la creacción de ocasiones de su peligro por parte de su equipo, Anquela comentaba que "el partido no ha tenido muchas ocasiones de gol, ha habido aproximaciones. Hemos revertido la dinámica y lo hemos hecho ante un rival de categoría. Tenemos que saber que hay que pelear los 90 minutos y todos juntos. Si no hacemos eso no vamos a ganar".

Con respecto al gol de Forlín antes del descanso, el entrenador del Real Oviedo reconocía la importancia a nivel mental y explicaba que "irte al descanso perdiendo no es lo mismo que con empate. El gol de Juan ha tocado la moral al rival. En la segunda parte he visto al equipo que quiero. Tenemos que apretar y tener ganas de ganar. No somos superiores a nadie, pero tampoco inferiores. Estamos con bastantes puntos, dando pasitos, pero debemos de pensar que el sábado hay otra historia. Pelear, competir e ir de verdad".

Finalmente, y preguntado por si ha encontrado la receta para la enfermedad de la que hablaba durante la semana que atravesaba el equipo, Anquela aseguraba que "ahora el siguiente partido nos diagnosticará otra vez. No entiendo otra cosa que entrenar, trabajar y dejarse el alma. El fútbol me ha enseñado que quien no trabaje y le ponga cinco sentidos a esto, no le van a salir las cosas".

una alegría en un día especial a su afición

El Real Oviedo celebraba el partido de su 92º aniversario con unos días de antelación. El conjunto oviedista volvió a ganar, y lo hizo cinco jornadas después de su último triunfo, en el Carlos Tartiere, ante su afición y en la celebración del 92º aniversario del club azul, en el que los jugadores lucieron una camiseta especial en el calentamiento, y a su salida al terreno de juego, acompañados de otros tantos de los abonados más antiguos de la entidad. 

Anquela, de nuevo sancionado, se vió obligado a jugar con Aarón en punta por la ausencia de Linares y Toché, y con Cotugno en el lateral sustituyendo al también sancionado Diegui Johannesson. En la primera parte el Real Oviedo comenzó con dificultades en la creacción de peligro, ante un Granada que llegaba más a la portería de Alfonso, hasta estrellar un balón en el larguero y anotar después el cero a uno, obra de Kunde, en un rechace que empalaba en la frontal del área. El conjunto oviedista fue capaz de lograr el empate, cuatro minutos después, en una jugada que peleó Carlos Hernández hasta el final, para sacar el balón de las manos de Javi Varas y que Forlín solo tuviera que empujar. 

Se alcanzaba el descanso con el uno a uno, y el Real Oviedo salía con más fuerza y mayor pegada en ataque. Fabbrini tuvo la primera en un centro de Saúl desde la izquierda, y Aarón también la tuvo en una contra, tras buena recuperación de Mariga y pase al espacio, pero envió fuera. De nuevo en balón parado la tuvo el equipo de Anquela, pero el remate entre Christian y Mariga se marchó fuera. Movía banquillo el Real Oviedo, y Steven anotaba prácticamente en el primer balón que tocaba, a pase de Mossa en el área. Se defendió el Real Oviedo hasta el final del partido, ante un Granada que buscó acercarse pero se topó de continuo con un gran trabajo defensivo del conjunto oviedista.

Una nueva victoria del Real Oviedo que permite cortar la mala racha, dándole además una alegría en un día especial a su afición. El equipo reanudará los entrenamientos el martes, desde las 10:30 horas, en El Requexón.