Un grupo internacional de paleontólogos ha localizado en Perú dientes fosilizados de roedores de hace 41 millones de años, los más antiguos hasta la fecha en este continente. “La investigación confirma un origen africano de los roedores sudamericanos,” afirma a SINC Darin Croft, autor de la investigación y paleontólogo de la escuela de medicina Case Western Reserve. Además, da nuevas pistas sobre su diversificación y documenta tres nuevas especies.
“Las dentaduras de las nuevas especies son más similares a algunos animales africanos extinguidos que a ningún otro del mundo”
El descubrimiento contradice la idea de dispersión norte-sur de los roedores en América. Los investigadores localizaron los restos en el río Ucayali, en Perú. Se pensaba que la diversificación tuvo lugar desde el sur hacia el norte ya que los fósiles más antiguos del registro provenían del sur del continente.
“Ahora sabemos que esto era consecuencia del conocimiento que se tenía del registro fósil”, indica el investigador.
“Además, el estudio cambia radicalmente nuestras ideas sobre la rapidez en la diversificación de los roedores en esta zona. Indica que el proceso de dispersión por el continente se prolongó durante un periodo de 10 a 15 millones de años”, afirma Croft.
La datación de los fósiles coincide con las estimaciones de algunos estudios genéticos actuales, que afirmaban que los roedores sudamericanos llegaron de África hace aproximadamente 40 millones de años.
Además, “las dentaduras de las nuevas especies son más similares a algunos animales africanos extinguidos que a ningún otro del mundo” afirma Darin Croft. Esto refuerza la teoría del origen común de los roedores de ambos continentes.
Los restos, que se conservan en el Museo de Historia Natural de Lima, pertenecen al suborden Caviomorpha, en el que se incluyen especies actuales como la cobaya, los puercoespines o las chinchillas.
Las características dentales indican que estos animales comían semillas tiernas y plantas, de manera similar a muchos de los roedores actuales. Según las muestras de polen extraídas del barro fosilizado que contenía los restos, vivían en bosques tropicales.
“Creemos, a partir de estas investigaciones, que el norte de Sudamérica contiene muchos secretos paleontológicos que aún no se han descubierto. Los futuros descubrimientos en este área pueden cambiar radicalmente nuestras ideas sobre la historia de otros grupos de animales suramericanos”, concluye Croft.
FOTO: Fragmento de mandíbula de Canaanimys maquiensis, un diminuto roedor con una antigüedad de más de 41 millones de años. Imagen: © Laurent Marivaux / CNRS 2011