Para mi es un privilegio dirigirme desde esta tribuna a tantas personas vinculadas a Asturias de una u otra forma. Muchas gracias a todos vds, por haber acudido a acompañarnos en esta conferencia a la que nos ha invitado la Junta Directiva del Centro asturiano de Madrid.
Se trata de describirles los hechos y el ambiente político que dieron lugar al nacimiento de Foro de ciudadanos y a compartir por tanto unas reflexiones al respecto. Una reflexiones que de alguna forma muchos de vds, pueden suscribir y desde la lejanía territorial aunque no emocional, probablemente puedan satisfacer sus propios compromisos e inquietudes.
La historia de los pueblos no tiene paréntesis ni atajos, pero sí se dan a veces circunstancias que sobrepasan lo habitual para convertirse en trascendentales.
Nos han convocado a las urnas y en 40 días tenemos que dar a conocer a todos los ciudadanos nuestra posición sobre las cosas públicas y por otra parte nos toca discernir como ciudadanos, con nuestro mejor criterio, sobre que opción política puede acercarse más a nuestra visión de aquellas cosas que nos afectan como ciudadanos.
Y aquí estamos los hombres y mujeres de Foro. Estamos en la calle pidiendo los avales, las firmas necesarias, para poder ofrecer a los ciudadanos nuestro cauce político y nuestra plataforma de participación.
Gracias madrileños, gracias asturianos, por vuestro sentido de la generosidad y sensibilidad política.
Nos presentamos en Asturias, nuestro origen y nos presentamos en Madrid, que representa la cabeza de la otra Asturias. La Asturias que ha emigrado al resto de España y al Mundo y que representa el Concejo más complejo de Asturias, el numero 79, un municipio que es el más poblado y que no es metafórico ni virtual, sino que forma parte con pleno derecho y en su corazón, de la mejor Asturias.
Los asturianos tenemos la cabeza en España y en el mundo, el corazón en Asturias y los pies en el suelo real y desde este fuerte anclaje, lucharemos para que la voz de Asturias se escuche y se respete.
Asturias, señores y señoras, no termina en los limites territoriales que se pueden ver en el mapa español. Es preciso combatir ese error porque cuando se habla de ella, hablamos de la Asturias de Madrid con más de 70.000 asturianos, y aquí en esta sede asociativa, les puedo adelantar que tras el cierre del enésimo despacho presidencial disfrazado de pseudo embajada, queremos que pasen a adquirir relevancia institucional los centros asturianos de Madrid y del mundo. (Coloquio)-Van a ser nuestros mediadores con la sociedad en la que se insertan; van a ser nuestros mejores embajadores comerciales- con nuestra marca MI ASTURIAS-embajadores políticos, sociales, culturales. Así, contaremos con la Asturias de Cuba; de los centros de Argentina y de Méjico, del centro que aglutina la asturianía de Nueva York , de la ciudad de Tampa y un largo etc.. Yo me imagino que pasaría si todos los asturianos del municipio 79 decidieran volver a su patria querida. “Si un día realizasen el sueño de regresar a su tierrina, no cabrían en ella”. Diría Valentín Andrés Álvarez en su guía espiritual de Asturias, ”..habrían de aumentar las ciudades, multiplicar las aldeas y si trajesen consigo las riquezas que poseen seria además la tierra mas poblada, la más rica.”Fin de cita (recogida por F.A.Cascos en discurso de toma de posesión presidencial)
Pero ¿qué es Foro de ciudadanos? Por qué y para qué ha surgido? Qué puede aportar al conjunto de España? Esto es el apartado de las reflexiones que ahora nos ocupa y permítanme comenzar con una afirmación tajante: En Asturias a partir de enero de 2011 pero con raíces anteriores del 2010 y del 2009 y probablemente muy anteriores, la sociedad ha respondido con un clamor popular. Pero contra qué? O para qué?
Decía Hayek que “si pretendemos el triunfo en la gran contienda ideológica de esta época es preciso sobre todo que nos percatemos de cual es nuestro credo”.
El principal fundamento de Foro Asturias que ya les adelanto ha sido y es, la regeneración del sistema político asturiano y español desde la dignidad y la ética del comportamiento.
Los partidos políticos deberían haber sido capaces de ser el cauce que canalizara las necesidades de la sociedad civil y los grupos en los que se organizan y, a través de la acción del Gobierno ,conseguir mayores cotas de bienestar para los ciudadanos. Pero esto no ha sido así, al menos en algunos partidos tradicionales. Por ello, nuestro credo político es el profundo respeto al individuo y a la sociedad civil, que es donde el ciudadano desarrolla organizadamente su ciudadanía, donde se integran en las diversas organizaciones sociales: colegios, agrupaciones vecinales, asociaciones de ciudadanos, etc.
Resulta evidente que los partidos políticos tradicionales, sufren la erosión del tiempo en los fundamentos ideológicos de sus claves identitarias y eso, desemboca en la creencia de su inutilidad para resolver los problemas de la sociedad actual. Cuando esto sucede, la sociedad responde con una democracia participativa donde los propios sujetos sociales, reivindican la búsqueda de nuevas soluciones.
Democracia participativa y participación ciudadana, son conceptos de un nuevo modelo de gobernar que gira en torno a dos palabras: ejemplo y ejemplaridad. Los ciudadanos creen que la política es el arte de ejemplificar. Y como cita Javier de Gomar “el político de los nuevos tiempos no solo debe gobernar produciendo leyes sino produciendo costumbres” y ahí en ese ámbito moralizante, es donde deseamos ver que se mueven los políticos.
Precedentes históricos
En este contexto conceptual se deben interpretar mis reflexiones sobre este tiempo político.
Cuando se perfiló en el horizonte la convocatoria de elecciones autonómicas, la sociedad asturiana vivía con inquietud los efectos de una crisis económica que ya se sentía con fuerza sobre el empleo en la Comunidad; en una recesión del consumo cotidiano y, como cogenerador de ese aletargamiento de la economía, un sentimiento cada vez más profundo de falta de confianza en las direcciones de las fuerzas políticas que durante años venían manteniendo un ‘statu quo’, popularmente conocido en el acervo popular, si me permiten la expresión, como “tuya, mía, cabecina y gol”, que si bien aseguraba una paz partidaria repartiendo las áreas del poder entre el PSOE, en el Gobierno, y el PP, en el Ayuntamiento de Oviedo, y en otras instituciones y organismos, resultaba peligrosamente un narcótico demoledor para Asturias.
Esa situación, mantenida durante décadas en Asturias, en virtud de un pacto no escrito pero evidente a los ojos de los ciudadanos, que perpetuaba a las mismas personas en el machito político, tenía como efecto evidente:
a) un estancamiento de la economía,
b) una concentración excesiva de pequeñas y medianas empresas en torno al empresario público.
c) Una falta de oportunidades para las jóvenes generaciones.
Así las cosas, claramente diagnosticado el problema, venía creciendo desde hacía meses un sentimiento popular, asentado progresivamente en más y más capas de la población, cuya primera y más importante conclusión era la de que se precisaba un cambio en profundidad de la gestión de la administración autonómica, e incluso de las administraciones locales, capaz de sacar a la región de su estancamiento, de su atonía, despejando el velo ilusorio de un paisaje idílico. Un paisaje de tramoya, construido sobre la base de mega proyectos de difícil financiación,- Niemeyer, Univ. Laboral, Huca - fastos culturales con poco impacto real sobre la economía doméstica y muchas dosis de futuros progresos que, permítanme decirlo así, más tenían de mesianismo que de fundamento, como la dura realidad está viniendo a demostrar cuando llega la hora de hacer algo tan sencillo como el arqueo de caja; el análisis detallado del poco haber y el mucho debe, ocultando en parte su dimensión real a la propia ciudadanía.
¿A qué apuntaban esas convicciones, esa diagnosis? A algo tan sencillo como un nuevo gestor de la cosa pública.
Ante ello, un número creciente de asturianos, al principio afiliados al Partido Popular, comenzó a siluetear una propuesta: la persona ideal para liderar esa gestión podría ser Francisco Álvarez-Cascos como candidato a la Presidencia del Principado.
He dicho, fíjense, “al principio afiliados del Partido Popular”. Y no sólo he dicho bien, sino que es importante recordarlo y aclararlo. La propuesta se convirtió en poco tiempo en un clamor popular y constituyó el primer indicio revelador del carácter transversal de la ‘rebelión social y democrática’, que habría de cristalizar en una nueva formación política, bien distinta de las tradicionalmente implantadas en la región. Tan es así que, espontáneamente, surgió un movimiento ciudadano en busca de firmas de apoyo a la candidatura de Álvarez-Cascos que bajo el lema “Pedimos la palabra” recogió miles y miles de firmas, en calles y plazas, en hoteles y restaurantes, en casas particulares, en portales de vecindad, rubricadas en definitiva por asturianas y asturianos y en todo tipo de personas vinculadas a Asturias incluso por el turismo ocasional. Socialistas, populares, asturianistas sindicalistas comunistas, centristas y ciudadanos sin ninguna adscripción política, que también existen y por cierto en buen número.
Decía Víctor Hugo “que no existe en el mundo nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo” y efectivamente ante ese fenómeno sociológico, cualquier analista político que se precie, debe de procurar incidir en las causas, y no a las apariencias.
El pueblo asturiano, uno de los más sensatos, y a la vez de los más valientes, de entre los europeos, no estaba buscando un iluminado, un salvador, un mesías. Estaba apostando claramente por un gestor con profundo conocimiento del Estado y de las Administraciones públicas, entre ellas lógicamente las asturianas, en las que el actual Presidente ya había sido en época pasada, concejal y Diputado regional.
Y esa clase política, demostrando su temor a cualquier cambio que amenazase su status personal, decidió pasar página y prescindir, más que de él, de su modelo, de su alternativa de gestión. Eso, que significaba lisa y llanamente, pasar a horcajadas por encima de miles de firmas, orillar cualquier atisbo de cambiar la situación cómoda y acomodaticia, logró que una sensación de hastío penetrara de manera definitiva en el cuerpo social, que se encolerizó, enfadó, sorprendió y disgustó, alternativamente y sucesivamente o todo a la vez, según los casos, a buena parte de la sociedad.
Nuevo partido y elecciones
Ese movimiento popular cristaliza en un nuevo y distinto proyecto político. Un partido político en el que se dan cita distintas sensibilidades para conformar una única voluntad: La de defender los intereses de Asturias, postergada en la lista de prioridades de las Ejecutivas del PP y el PSOE desde hacía décadas, con una economía en acusado retroceso y con una necesidad popular de recuperar el orgullo de ser y sentirse asturianos, sin dejar por ello de ser españoles.
Porque no hay que olvidar que un 80% de los habitantes del Principado se sienten tan asturianos como españoles, con el sentido de pertenencia privilegiada que sin duda nos da, formar parte de la tierra ancestral que fue el Reino de Asturias ,cuna de la reconquista al mundo musulmán, vieja nación de la Europa Medieval y coimpulsora de la moderna España, dominadora del mundo renacentista. Es imposible entender Asturias sin entender España y España sin referirse a Asturias.
Una reacción social de tal envergadura, no era lógico que perdiese el tiempo en debates estériles o se disolviese paulatinamente entre demoras nacidas de la incertidumbre.
Tras un congreso regional surge por sufragio universal FORO ASTURIAS, que así se denomina el partido en Asturias, que contaba en poco tiempo con nada menos que 11.000 afiliados, realizó el proceso de formación de candidaturas en la práctica totalidad de los ayuntamientos asturianos, en aquel momento 74; en el día de hoy ya estamos hablando de la totalidad de los ayuntamientos 78. En gran parte, la finalización con éxito de ese proceso en tan sólo cinco meses, se debió a la enorme ilusión generada por el nuevo proyecto político, que en realidad era nada menos que la sociedad organizada como partido, es decir, la sociedad civil asturiana montaba su propia plataforma, muy distinta de los partidos tradicionales, para competir en las elecciones
Paralelamente, se elaboró un completo programa electoral que, lejos de abundar en generalidades, desgrana los puntos concretos de actuación, en aquellos asuntos que resultan ser de interés y motivo de preocupación para la ciudadanía. ¿Cómo se hizo?
Preguntando, escuchando, recibiendo aportaciones de grupos de expertos, de expertos individuales, prácticas muy sensatas que estaban siempre ahí, pero que a las fuerzas políticas tradicionales PP, PSOE, IU , les habían pasado inadvertidas. Y ese programa fue el que sí entendieron los ciudadanos.
El encabezamiento del programa lleva un titulo ya sugestivo “El cambio necesario para Asturias” es decir, la conformación de la Asturias del futuro. Es un programa que hunde sus raíces en el movimiento ilustrado español, que enlaza con los principios jovellanistas, con el liberalismo europeísta de Argüelles, de Toreno, de Riego; que enlaza con el impulso de la nueva política social dibujada en España por Posada, por Buylla, por Melquíades Álvarez; que conecta con los movimientos obreros que encabeza Manuel Llaneza al servicio de la clase trabajadora. Todos son nuestros predecesores. Nosotros pretendemos de una manera modesta, aportar un nuevo espíritu político que concrete una nueva conciencia en el regionalismo periférico, un regionalismo avalado por las peculiaridades históricas, geográficas y lingüísticas de nuestro país, una patria- como la canta nuestro himno- que entronca siempre con una España de solidaridad de todos para todos, con un sentido europeista y de vinculación con la Comunidad Iberoamericana, sin la que Asturias y España quedarían desguarnecidas ideológicamente,
Decía Ortega y Gasset, militante del partido reformista de Melquiades Álvarez, que el problema que tenían los reformista españoles es que ellos era una generación sin maestros. Nosotros afortunadamente no. Sabemos de donde venimos, sabemos de las esencias mas sensibles de nuestra sociedad, tenemos espejos donde mirarnos, amamos nuestro pasado y queremos continuar la noble tarea histórica de hacer una Asturias mejor, más culta, más ilustrada, más justa y más prospera, donde no se den cita ni la marginalidad ni la exclusión; queremos sentirnos orgullosos de ser asturianos, en la España de la Autonomías.
Trascurridos apenas 8 meses desde que el proyecto de FORO ASTURIAS cristaliza en una realidad, llega el momento de la jornada electoral. El momento en que los sesudos vaticinios de las fuerzas hasta entonces mayoritarias, y no me resisto a añadir el de algún medio de comunicación que sin duda defendía los jugosos, e inmorales beneficios obtenidos durante años tanto de Suárez de la Riva como de la Plaza de la Constitución, vaticinaban una exigua representación para FORO, si acaso uno o dos escaños en la Junta General del Principado y apenas media docena de concejales en el total de los 78 municipios asturianos.
Los resultados expresaron claramente la voluntad de cambio del pueblo asturiano. Y de cambio profundo, las votaciones dieron la mayoría a FORO ASTURIAS en la junta General, 16 Diputados y un considerable número de concejales que permitió formar gobierno en varios ayuntamientos, entre ellos el de la mayor urbe del Principado, Gijón. El PSOE pasó a ser la primera fuerza de la oposición descendiendo 6 Diputados y el Partido Popular perdió el 50% de su representación parlamentaria, bajo de 20 a 10, y un elevado número de concejales.
La victoria de FORO ASTURIAS supuso un punto de inflexión en la política del Principado, que nos lleva a un nuevo reto
El 20 de Noviembre en la historia
En esa fecha, tenemos una cita electoral de cuyos resultados va a depender en gran medida el futuro de Asturias y permítame aventurar que de España. ¿Qué nos jugamos el 20 de noviembre?
Nos encontramos en una coyuntura económica de escasez y falta de recursos que tensiona la estructura política de cada Comunidad Autónoma, en definitiva la estructura política del Estado, hasta un grado que podríamos denominar de ‘beligerancia’ para, el día después, presionar con todos los medios a su alcance, fundamentalmente los nacionalismos desintegradores del Estado, -CIU, PNV, BLOQUE GALLEGO- al Gobierno que salga de las elecciones, a fin de llevarse en el reparto, el trozo más grande de la tarta presupuestaria, según su peso político, según tenga voz esa comunidad en la corte del Reino, así será el resultado. Se lo digo a vds, de forma escueta pero muy clara: Poco, mucho o nada.
Y esa es, precisamente, la preocupación de FORO de Ciudadanos y lo que nos ha llevado a presentarnos en Madrid; a pedir el voto en la capital de Reino, si me permiten la expresión, en una iniciativa política sin precedentes en la historia política española del último siglo. Un partido político periférico se presenta por Madrid, va a la Corte a presentar y a ofrecer su fuerza política con el fin de garantizar, modesta pero orgullosamente, la sostenibilidad del Estado.
Foro de Ciudadanos cree que es absolutamente necesario un cambio de gobierno para España y previsiblemente ese cambio se tiene que producir y se va a producir
El nuevo gobierno liderado por Rajoy va a contar siempre, desde el principio, desde la misma sesión de investidura, con nuestro apoyo . Precisamente eso es compatible con la defensa de Asturias, ese es nuestro lema, cuanta más Asturias mejor España o precisamente, si vds me lo permiten, cuanto más FORO mejor España.
No se imagina uno por mucha fe que ponga en ello, si gana el PSOE, al Señor Trevín, número uno de este partido, defendiendo los intereses de Asturias, ante su jefe y amigo Sr. Rubalcaba o a la Sra. Mercedes Fernández y el Sr. Ovidio Sánchez, poniéndose serios con Mariano Rajoy, su mentor, para exigir el AVE, o los millones de euros que el Estado debe al Principado de Asturias.
No; no son estos interlocutores validos para representar Asturias, en la España de Rajoy. Demasiadas dependencias, demasiadas ataduras personales, demasiados “me debes”, como para hacerse respetar. Es ya tradicional en las Cortes, el que los Diputados por Asturias voten en contra una vez si y otra también, de los intereses de sus representados, los asturianos, por simple obediencia a sus direcciones nacionales. Esa obediencia funcionarial, nos condujo a retrasos tremendos en nuestras infraestructuras básicas; perdida de fondos mineros que compensasen la dura reconversión de la minería; ausencia de las dotaciones económicas para aplicar la ley de dependencia, la implantación de la educación infantil. Son solo algunas de las cuestiones que obran en las hemerotecas.
Lo que si nos podemos imaginar, es como el Gobierno que salga de las urnas el 20 N, volverá a ceder por una u otra razón, a la presión inadmisible y solidaria de los nacionalismos desintegradores para, en detrimento de comunidades como Asturias o Madrid o Castilla y León o tantas otras, ceder cada vez mas y más, a un chantaje intolerable que refuerza la asimetría de un estado, en el que unos son más que otros, aunque la Constitución proclame lo contrario.
Y voy a detenerme un instante con una observación en esta realidad tan injusta ,en mi condición de historiador que me introduce en esta breve referencia histórica.
Fíjense. Basándose en supuestos derechos históricos, lo que era un territorio sometido a coronas extranjeras y potencias árabes como Cataluña, y lo que eran territorios del Reino de Asturias como fueron Galicia y País Vasco, enarbolan un status de nación, que nunca tuvieron y envían al furgón de cola a Asturias que sí fue una nación europea, con su estructura política, sus reyes, sus ejércitos, su Iglesia y su territorio. Es y parece una broma macabra del devenir histórico y político
Precisamente lo que queremos en FORO es que Asturias sea ni más, ni menos que nadie; con 17 autonomías en pie de igualdad y un estado simétrico. Y para eso ofrecemos nuestro proyecto. Es un proyecto de sostenibilidad de las autonomías, un Estado fuerte con unas autonomías responsables y solidarias.
Venimos como compensación de las fuerzas desintegradoras y como elemento equilibrador de las presiones nacionalistas. Nuestro objetivo es fortalecer el Estado desde el valor de la periferia. En nuestra opinión, lo que ha sido una constante histórica es preciso evitarla. Los grandes declives de nuestra España, han venido por la debilidad periférica, bien debilidad disgregadora, bien debilidad en la capacidad integradora en otros casos.
Permítanme concretar algo mas. Nosotros nos presentamos como una fuerza equilibradora de las tensiones que se van a producir por los esfuerzos sociales que se avecinan, de las presiones insolidarias de orden económico, de las posiciones firmes en materia del terrorismo de ETA, de los impulsos para converger con Europa. .
Por eso en estas elecciones se juega tanto Asturias. Y España. Lo que se juegan los asturianos, los madrileños y en definitiva todos los españoles no es quién gobierna –porque es seguro que será Rajoy el el PP- sino cómo se gobierna durante los próximos 4 años y aquí es dónde Rajoy y el PP no son de fiar, por su consabido complejo de inferioridad ante los nacionalismos desintegradores catalán y vasco. Y por eso FORO, que es el contrapeso necesario, se ha propuesto trabajar con el objetivo de conseguir un grupo parlamentario propio, con los diputados electos por la circunscripción asturiana y los que se logren en Madrid. Un grupo parlamentario que asegure, que Asturias tenga voz propia en un Parlamento, en el que se van a tomar decisiones tan importantes como aquellas que van a transformar totalmente la sociedad española y el funcionamiento de su economía no ya para años, sino para décadas.
Que no siga sucediendo que los recursos que corresponden a los hombres y mujeres del Principado o de Madrid, se vayan a otras comunidades para pagar favores políticos, apoyos parlamentarios y presupuestarios o intereses electorales de los partidos tradicionales. Véase sino la exclusión, una vez más, de todo el Noroeste español y de Portugal con respecto al triángulo Nordeste de la Península Ibérica, con el voto de socialistas y populares en el Congreso apoyando al nacionalismo catalán, que anuncia, alto y claro, la España real de dos velocidades que se avecina. O ésta otra perla del pasado 2 de octubre: “atender especialmente a Andalucía, que es a la que menos recursos ha dedicado el PSOE en todo su mandato”, dicho por Javier Arenas, quien, obviamente, debe desconocer que existe Asturias. O esta otra de Jorge Fernández, el político del PP, que el día 16 de septiembre declara “que la inmersión lingüística en Cataluña es una técnica de aprendizaje extraordinaria” “30 años después de aplicarse podemos decir que el balance es, sin duda exitoso”. Declaraciones que son el anticipo de la nueva barrera nacionalista, pero esta vez protagonizada por miembros relevantes del Partido Popular. O los cambios constitucionales de imprevisibles consecuencias, de ultimísima hora y de espaldas a los ciudadanos.
Por eso me motiva presentarles a FORO DE CIUDADANOS como merecedor de un voto útil. Desde nuestro compromiso inequívoco de España como nación; desde nuestro profundo sentimiento de identificación con nuestra tierra para contrarrestar la marginación y para impedir la discriminación territorial, reivindicamos otra forma de hacer política en el aquí y en este momento histórico del estado de las autonomías. Queremos que sea un camino, para que ninguno seamos más que otros pero tampoco menos.
Esta política reformista que FORO esta planteando, se debe de impulsar desde las antípodas del nacionalismo.
Los asturianos hemos sido por principio un pueblo universal que no se ha querido quedar aislado a orillas del rio Esla. Pasamos de ejercer una resistencia heroica frente a Roma, a luchar con ella en Bonn (Germania), donde yace la lápida de uno de nuestros primeros antepasados datados-siglo IIdc: La lápida Pintaius, joven astur enrolado en la 5ª cohorte astur de la XXX legión Ulpia, acampada en Germania, donde adquirió la honorable categoría militar de Signifer (abanderado) de la Legión.
En Foro sabemos que para defender Asturias, es necesario defender España y viceversa. Por eso somos la mejor opción para abrir una nueva vía, que supere el dominio bipartidista y nacionalista que hoy vivimos. Para eso nos presentamos a las elecciones generales de España, en Asturias y en la otra Asturias que está y es Madrid.
FOTO: ARCHIVO AM. ÁLVAREZ SOSTRES Y EL SENADOR DE FORO ASTURIAS MARTÍNEZ OBLANCA