A preguntas de Gaspar Llamazares, portavoz parlamentario de IU en la Junta General, el Gobierno asturiano renuncia a la factura sombra sanitaria tal como había adelantado a los medios de comunicación a principios de este año. El Consejero de Sanidad, Francisco del Busto, que prácticamente rehusó utilizar el término factura sombra durante su intervención, abundó en la implantación de la contabilidad analítica para obtener información exacta de en qué se gasta e invierten los impuestos de los pacientes pero descartó la factura sombra.
Gaspar Llamazares forzó al Gobierno a aclarar el porqué del anuncio, “ocurrencia”, cuando en las pocas comunidades autónomas donde se intentó implantar lo han abandonado, reconociendo que gastaron el dinero para nada y que, además, en Asturias como explica la Sindicatura de Cuentas se está lejos de aplicar una contabilidad analítica general al sistema, sí en la estructura del SESPA, pero lejos de que pueda ser un coste por servicio o por paciente. Gaspar Llamazares recordó que ningún Gobierno de Asturias estuvo a favor de la factura sombra y que ese rechazo se argumentó en que la relación coste-efectividad era nula, igual que el objetivo pedagógico para el paciente.
“Los ciudadanos no deciden si se les hace una eco o una resonancia nuclear. Eso lo hacen los profesionales y los gestores y los ciudadanos saben su coste porque pagan impuestos”, explicó el portavoz de IU. Llamazares aseguró que el objetivo pedagógico debe hacerse con los profesionales y los gestores. “Son los verdaderos agentes de la demanda sanitaria”, explicó. La única argumentación que puede entenderse es una patrimonialización de los gestores públicos que les dicen a los ciudadanos “qué bueno que soy y, además, te doy este servicio”, criticó Llamazares. La única necesidad de hacerlo por una factura es la de la competencia público privada que está arrumbada, incluso en comunidades como la de Madrid, concluyó el portavoz de IU.