Papa Francisco pide darle respuesta a las causas de la violencia. Foto: Archivo El sumo pontífice hizo tales afirmaciones en un discurso pronunciado en la Sala Clementina de la Santa Sede, ante los participantes en la conferencia internacional sobre la responsabilidad de los Estados, las instituciones y los individuos en la lucha contra el antisemitismo y los crímenes vinculados al odio antisemítico.

Ciudad del Vaticano, 29 ene (Andes).- El papa Francisco expresó este lunes que no basta con analizar las causas de la violencia y rechazar su lógicas perversa, sino también estar listos y activos para darle una respuesta.

Por lo tanto -dijo- el enemigo contra el cual luchar no es sólo el odio en todas sus formas, sino más aún sus raíz: la indiferencia, 'que paraliza e impide hacer los que es justo aun cuando se sabe que lo es'.

El sumo pontífice hizo tales afirmaciones en un discurso pronunciado en la Sala Clementina de la Santa Sede, ante los participantes en la conferencia internacional sobre la responsabilidad de los Estados, las instituciones y los individuos en la lucha contra el antisemitismo y los crímenes vinculados al odio antisemítico.

Francisco calificó la indiferencia como 'un virus que contagia peligrosamente nuestros tiempos' en los cuales 'estamos siempre más conectados con los demás, pero siempre menos atentos a ellos'.

'Sin embargo, el contexto globalizado debería ayudarnos a comprender que ninguno de nosotros es una isla y ninguno tendrá un futuro de paz sin un porvenir digno para todos', apuntó.

Bergoglio se refirió al recién celebrado Día de la Memoria, conmemorado cada 27 de enero por decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, por ser esa la fecha en la cual el Ejército Rojo soviético liberó a los prisioneros del campo de exterminio nazi de Auschwitz en 1945.

Insistió en que para superar tantas formas deplorables de apatía hacia el prójimo es necesaria la memoria, 'esta capacidad de estremecernos juntos al recordar' y añadió que 'la memoria es la llave de acceso al futuro y es nuestra responsabilidad entregarla dignamente a las jóvenes generaciones'.

Al reflexionar sobre el futuro común de judíos y cristianos, el Papa exhortó a los presentes a trabajar mancomunadamente en la promoción de una cultura de la responsabilidad, de la memoria y la proximidad, al tiempo que 'establecer una alianza contra la indiferencia, contra todo tipo de indiferencia'.

Asimismo, llamó a educar a las nuevas generaciones en la participación activa en la lucha contra odios y discriminaciones, superar las contraposiciones del pasado y no desfallecer en la búsqueda del prójimo, pues 'para preparar un futuro verdaderamente humano no basta con rechazar el mal, sino construir juntos el bien'.