El portavoz de IU critica que se pervierta la contabilidad analítica al utilizarla para disuadir a los pacientes del uso del sistema en vez de orientarla a mejorar la calidad del servicio
El portavoz de IU en la Junta General del Principado, Gaspar Llamazares, reprochó hoy al Gobierno de Asturias la “ocurrencia” de la factura sombra de los servicios sanitarios ya que, aseguró, se trata de ·”mercancía averiada”, sacada del “baúl de los recuerdos” e inoperante. De hecho, afirmó el parlamentario, el objetivo no es mejorar el sistema sino ocultar el “agujero negro de la política sanitaria en Asturias: no hay, realmente, una orientación de política sanitaria”. Para el diputado llama la atención su inoportunidad ya que, explicó, “se realiza en el momento en que hay mayor demanda por la epidemia de gripe. ¿Qué es lo que puede concluir un ciudadano? Pues que se le castiga porque utiliza mal los sistemas sanitarios”.
La Consejería de Sanidad, reprochó el parlamentario, va sin rumbo, sin conocerse ni hacia donde va ni cuáles son sus prioridades a pesar de que, recordó, algunos de los ejes que deberían marcar su gestión ya se contenían en el Pacto de Investidura. Orientación a crónicos, refuerzo de la Atención Primaria y Salud Pública, mejora de la Salud Mental eran algunas de esas directrices que, sin embargo, siguen pendientes.
Frente a facturas por servicio, Gaspar Llamazares se preguntó dónde está el decreto sobre listas de espera, que ya lleva más de un año pendiente; dónde está el plan de salud mental, del que nada se conoce; dónde está la ley de salud, de la que se desconocen contenidos y principios generales; y, sobre todo, qué se ha hecho del anuncio del Gobierno y del mandato de la Junta General al respecto para integrar el conjunto de la Atención Continuada y para actualizar y revitalizar la Atención Primaria.
Respecto a la inutilidad, Llamazares recordó que ya en 2010 hubo una orden ministerial para la implantación de esa factura sombra, plasmada en su implementación parcial en Andalucía y Valencia y, en algunos hospitales de Madrid, si bien en ésta última comunidad acaba de ser eliminada. “Es una medida residual en el Sistema Nacional de Salud. Si aspiramos a un Sistema Nacional de Salud que formule y que funcione coherentemente habría que decir que esta medida, en tal caso, habría que compartirla a nivel del consejo Interterritorial de Salud: no es así, es una ocurrencia de la Consejería”.Para el parlamentario, teniendo en cuenta que los tratamientos son decididos por el propio sistema, carece de utilidad una medida de este tipo, al menos desde la perspectiva de la eficacia y la eficiencia. “Poca utilidad tiene el conocimiento del precio por parte del paciente cuando el paciente no tiene capacidad para decidir sobre la orientación y la demanda”.
Además de la falta de utilidad, Llamazares señaló que esta media traslada una visión “falsa” del sistema sanitario que, enfatizó, “no es un sistema comercial, no es una gran superficie, donde exista oferta y demanda y dónde ésta regule el precio, sino que es un sistema público donde existe un paciente y unas prestaciones”.
Frente a una factura en la que se le diga a la ciudadanía lo cara que sale atenderla, Llamazares apostó por que el sistema utilice la contabilidad analítica para evaluar su propia gestión y no a los pacientes. “Están pervirtiendo la contabilidad analítica que es para mejorar la gestión y la calidad de los servicios sanitarios, no para disuadir a los ciudadanos en la utilización de los mismos”.
Respecto al posicionamiento de fuerzas como el Partido Popular, que alertaron de que la factura podría suponer el preludio de copagos, Llamazares restó credibilidad, toda vez que, dijo, fueron los conservadores quienes más se han aplicado en implementar ese modelo. “Menta la soga en casa del ahorcado, pues el principal copago que se ha puesto en marcha en los últimos tiempos fue el copago farmacéutico a los pensionistas”. En todo caso, eludió hacer juicio de intenciones, eso sí, rechazando esa posibilidad.Para Gaspar Llamazares el mayor problema del Sistema Asturiano de Salud es la falta de proyecto: “el Consejero de Sanidad vive de las rentas”, criticó el portavoz de IU para quien el sistema se ha parado, lo que, de facto, supone un retroceso.