Michelle Bachelet es Directora Ejecutiva del nuevo organismo de las Naciones Unidas ONU Mujeres. Esta entrevista, realizada por Jasmina Šopova, se publica en el número del Correo de la UNESCO correspondiente al trimestre abril-junio de 2011.
1) ¿Por qué la empresa de contrarrestar la violencia ejercida contra la mujer es una de las prioridades de ONU Mujeres? ¿De qué tipos de violencia padecen las mujeres en el mundo?
La violencia contra la mujer constituye uno de los atentados contra los derechos humanos más extendidos. Hemos decidido que la lucha contra esa violencia sea una de las cinco prioridades más importantes de ONU Mujeres, porque si progresamos en este ámbito podremos ir más lejos en otros terrenos. Una mujer que no es víctima de violencias tiene más posibilidades de encontrar un empleo decoroso, de aspirar a educarse, de ocuparse de su salud y de desempeñar puestos de responsabilidad en su comunidad o en otras instancias.
Las mujeres son víctimas de violencias de todo tipo: violencias domésticas, violaciones, abusos sexuales perpetrados como tácticas de guerra, matrimonios prematuros y mutilaciones genitales. En todo el mundo hay muchas sociedades que se enfrentan con uno u otro de esos problemas, hasta tal punto que si se tienen en cuenta las diferentes clases de violencia que pueden padecer las mujeres en uno u otro momento de su vida, la proporción de víctimas alcanza un 76 % de la población femenina mundial.
2) ¿Cuáles son las demás prioridades de ONU Mujeres y cómo se van a encontrar los recursos necesarios para realizar sus objetivos?
Vamos a preparar y apoyar proyectos innovadores destinados a fortalecer la independencia económica de las mujeres, a confiarles la misión de defensoras y líderes de los cambios que se imponen, a conseguir que ocupen una posición importante en los procesos de consolidación de la paz y la seguridad, y a lograr que la igualdad entre los sexos se incorpore como un elemento prioritario en las estrategias nacionales. La movilización de recursos para alcanzar esos objetivos servirá, entre otras cosas, para demostrar hasta qué punto las mujeres contribuyen no sólo a su propio progreso, sino al de la sociedad en su conjunto. Cada vez son más numerosas las pruebas de esto. En el “Informe mundial sobre el índice de disparidad entre géneros” publicado por el Foro Económico Mundial, se muestra, por ejemplo, que de los 114 países estudiados los más competitivos y los que poseen índices de crecimiento económico más elevados son los que han alcanzado un mayor nivel de igualdad entre los hombres y las mujeres.
3) ¿De qué recursos humanos y financieros dispone actualmente ONU Mujeres? ¿Son suficientes para que lleve a cabo la misión que se le ha encomendado?
ONU Mujeres ha heredado los recursos de los cuatro organismos de las Naciones Unidas que se fusionaron para crear la nueva entidad. A partir de estos recursos –a los que vendrán a añadirse otras contribuciones, según prevé la recomendación formulada en enero de 2010 por el Secretario General, Ban Ki-moon– se ha proyectado que el presupuesto anual de la entidad ascienda a unos 500 millones de dólares como mínimo. Este es el objetivo que nos hemos fijado en materia de recursos y que vamos a tratar de alcanzar.
4) ¿Tiene la intención de centrar la acción de ONU Mujeres en determinados países? Si así es, ¿en qué países y por qué motivos?
Vamos a trabajar con todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas, ya se trate de países desarrollados o en desarrollo. ONU Mujeres está actualmente presente, a diversos niveles y grados, en unos 80 países, y necesitamos reforzar nuestra presencia en aquellos que más la necesitan. Vamos a irlo haciendo paulatinamente, a medida que vayamos desarrollando nuestras capacidades y recursos institucionales. Una tarea prioritaria en todos los países será la de llegar a los grupos de mujeres más marginados. Son esos grupos los que más necesitan el apoyo de ONU Mujeres y el mejor modo de utilizar nuestros recursos será dedicarnos a ellos. El método más eficaz –como ya ha empezado a demostrarlo el UNICEF– es invertir prioritariamente los recursos en los sectores de la población más marginados.
5) ¿Qué lugar ocupa la igualdad entre los sexos en los Objetivos de Desarrollo del Milenio? ¿Cómo se puede lograr que se le dé más importancia?
Conseguir la igualdad entre los sexos es la tercera meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y es primordial alcanzarla para conseguir todas las demás. De aquí a 2015 –el año límite fijado para realizar esos objetivos– no cejaremos en hacer hincapié en el nexo esencial que une la meta de la igualdad entre los sexos a todas las metas relacionadas con la reducción de la pobreza y la mejora de la salud, la educación y el medio ambiente.
Uno de los problemas prioritarios que nos atañe es el de la mortalidad infantil. A nivel mundial, todavía distamos mucho de haber realizado los progresos necesarios. Podemos –y debemos– hacer mucho más. Salvar más vidas de niños en el momento del parto es algo que exige conocimientos elementales y medios poco costosos, de los que se podría disponer fácilmente en todas partes a condición de que los gobiernos y la comunidad internacional decidan verdaderamente dar prioridad a esta tarea.
6) El número de mujeres elegidas a la cabeza de Estados, gobiernos u organismos de las Naciones Unidas ha aumentado en los últimos años. ¿Ha tenido este fenómeno repercusiones positivas en la solución de los problemas esenciales que afectan a las mujeres del mundo?
Basta con echar una mirada retrospectiva a los últimos cien años, para percatarse de que los progresos realizados han sido inmensos. Aunque todavía tenemos que afrontar una serie de desafíos, la causa de la igualdad entre los sexos ha cobrado un dinamismo mayor que nunca, tanto en el plano internacional como en la mayoría de los países del mundo.
Esto se debe a que las mujeres han asumido la defensa de esa igualdad a niveles muy diversos, ya sea en sus comunidades o a la cabeza de los Estados. La presencia de mujeres en puestos dirigentes ha hecho comprender a un número cada vez mayor de personas que la mujer debe participar en la vida económica, que es imprescindible poner un término a las violencias ejercidas contra ella y que es preciso recurrir a su capacidad para impulsar cambios que redundarán en beneficio de todos. Si se quieren alcanzar esos objetivos, es menester proporcionar los medios necesarios para emprender la acción correspondiente. Esto es lo que se ha hecho, en parte, con la creación de ONU Mujeres, cuya vocación es ser la “campeona” de la causa de los derechos de la mujer en el mundo.
© UN photo/Paulo Filgueiras - Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, muestra un cartel con el logo de la organización.