Oviedo.--Este martes por la tarde se presentó al público en la Facultad de Ciencias de Oviedo el primer Sindicato Profesional de Veterinarios de Asturias.
Según su presidente, el Doctor José Fernández Romojaro, “esta organización nace con el objetivo de revertir la perniciosa tendencia de los últimos años que ha ido expulsando al profesional sanitario veterinario del sistema nacional de salud”.
Afirma Fernández que la profesión veterinaria es esencial para la defensa de la salud humana y así se lo reconoce la ley, el control de todas las enfermedades transmitidas por los animales y los alimentos al hombre depende de este colectivo sanitario, y estas enfermedades son más de un 60% del total de las que sufrimos según la OMS y la OIE. Sin embargo, los poderes políticos, mal dirigidos a su juicio, han ido expulsando al veterinario del sistema nacional de salud, el SESPA en Asturias, donde, hace no muchos años, estaba perfectamente integrado junto con médicos y farmacéuticos, otras de las dos profesiones sanitarias históricas.
El colectivo se ha roto en diferentes consejerías y organismos pero, incluso dentro de Sanidad, no están integrados con los otros sanitarios con los que deberían trabajar codo con codo, sino que se han colocado en otro organismo fuera del SESPA. En opinión del sindicato esto genera una bajada de calidad en la vigilancia de la Salud Pública ya que, por ejemplo, en el caso de ganadería el objetivo principal es mejorar las producciones pero el veterinario es un sanitario cuyo principal objetivo es la defensa de la salud. Este conflicto de intereses no puede redundar en nada bueno para la Salud Pública, como ya se ha comprobado con el virus Crimea-Congo en Extremadura o la Leishmaniosis en Madrid. Además, apartar al veterinario del sistema nacional de salud ha hecho que la sociedad no los perciba como sanitarios esenciales, que es lo que son, y nuestros políticos se olvidan de ellos ocurriendo, además de otras muchas, cosas como que una óptica sea considerada un centro sanitario y una clínica veterinaria, que protege de enfermedades transmitidas por los animales, no lo sea. Como consecuencia, el ciudadano que va a desparasitar a su perro para proteger a su familia, pagua un IVA del 21% y no del 10%.
Mediante este sindicato los veterinarios reclaman su carácter sanitario y su condición de estatutarios lo que, según ellos, mejoraría la calidad de la vigilancia de la Salud Pública y, además, mejoraría las condiciones laborales de funcionarios, interinos y clínicos privados.
El sindicato espera agrupar a todos los veterinarios trabajadores por cuenta ajena, tanto de lo público como de lo privado, para poder luchar por esta causa con una sola voz. Tras la presentación numerosos profesionales han solicitado su afiliación y esperan ser muchos más próximamente.