(Andes).- La noticia difundida este jueves en Argentina por la Armada, acerca de la presunta explosión del sumergible desaparecido hace ocho días, conmocionó en ese país frente a la esperanza de que fuera encontrado con sus 44 tripulantes con vida.
“Me quedé viuda”, gritaba desconsoladamente Jessica Gopar, la esposa del cabo principal y electricista del submarino argentino San Juan.
“Lo único que les pido es que no nos dejen solos porque después de esto no se sabe que va a pasar. Al principio todos te ayudan pero después se olvidan”, decía Gopar, cuyo esposo, de 35 años de edad, está entre la tripulación del submarino, donde viajaba también la única mujer submarinista de Latinoamérica, Eliana Krawczyk.
En medio del dolor, Jessica agradeció a todos los países hermanos que se unieron para ayudar a encontrar al San Juan e incluso a los británicos. “Dejamos a un lado las diferencias territoriales para esto. Estoy molesta y dolida”, subrayó.
Los familiares, esposas, hermanos congregados en la base naval de Mar del Plata se daban consuelo mutuamente, y los marines abrazan a las familias luego del anuncio de la Armada de que el miércoles de la semana pasada, cuando se perdió contacto con el submarino, ocurrió un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión.
En un parte de prensa, el vocero de esa institución castrense, Enrique Balbi, precisó que se recibió esta información a través del embajador argentino en Austria, Rafael Grossi, miembro de la organización de control de pruebas nucleares.
“Son unos desgraciados y perversos que nos tuvieron acá una semana”, dijo con dolor Itatí Leguizamón, esposa de German Suarez, de 29 años, otro de los tripulantes del sumergible.
La búsqueda continúa y según Balbi, así lo harán hasta encontrar el ARA San Juan en el que viajaba también Eliana Krawczyk, de 35 años, y primera oficial submarinista de América Latina.
El submarino militar argentino ARA San Juan ha sufrido una avería, probablemente a causa de una explosión a bordo, antes de desaparecer en el mar con sus 44 tripulantes, el miércoles 15 de noviembre a las 10h30 GMT.
"Las Estaciones Hidroacústicas HA10 (de la isla de Ascensión) y HA04 (islas de Crozet) detectan esa señal (explosiva) el 15 de noviembre a las 13h51 GMT, cerca de la última posición conocida", según una declaración de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (Otpcen).
El comandante del submarino, capitán de fragata Pedro Martín Fernández, informó a su base de un colapso, una falla en baterías. En una comunicación posterior, indicó que se dirigía a la base en Mar del Plata, donde esperaba llegar los días 19 ó 20 a pesar del daño.
Un submarino de este tipo generalmente está equipado con cuatro baterías de 50 toneladas cada una. Contienen plomo ácido sulfúrico.
"Se debe tener mucho cuidado con las baterías. En caso de problemas, las baterías emiten hidrógeno, más allá de un cierto porcentaje de oxígeno se convierte en hidrógeno explosivo. En caso de una explosión, todo está perdido en un submarino ", según un exsubmarinista sudamericano que solicitó mantener el anonimato.
Buques y aviones patrullaban una zona de búsqueda de unos 500.000 km2 para detectar al submarino. Ahora se concentran en un área alrededor del punto de la explosión que observó Optcen, con sede en Viena que vigila explosiones nucleares en todo el mundo. En este caso no hubo ningún indicio de que el fenómeno tuviese naturaleza atómica.