Alejando Suárez advierte que si el Gobierno no cambia de actitud será imposible construir una pluralidad de izquierdas.
Ante las informaciones sobre el cambio del área de psiquiatría en Oviedo, Izquierda Unida exige al Gobierno respeto y que corte de raíz comportamientos intolerables de dirigentes del SESPA, que para ocultar su propia incapacidad lanzan insidias tratando de parapetarse bajo escudos humanos.
La filtración interesada por parte del servicio de salud asturiano de que una de las personas afectadas por el cambio es la mujer de Gaspar Llamazares, solo se hace con el ánimo empañar la crítica política a lo que es la voladura por parte de la Administración sanitaria del modelo de salud mental.
Tratar de defender los cambios acudiendo para desvirtuar las críticas a parentescos es un acto de cinismo impresentable que, además, oculta, en este caso, un intolerable tufo machista. Ciertamente, la mujer del portavoz de IU forma parte del personal funcionario del área de Psiquiatría de Oviedo, con una acreditada carrera profesional dentro y fuera de Asturias. Ligar las críticas a parentescos sólo denota la fragilidad de las justificaciones del SESPA.
Las posiciones políticas de Izquierda Unida de Asturias en esta materia, y en todas, las marca la propia organización, atendiendo a la defensa de sus modelos de gestión pública, sin condicionamientos personalistas de ningún tipo.
IU de Asturias lamenta profundamente que el gerente del SESPA esté avalando lo que más parece una purga de funcionarios, bien por posicionamientos políticos bien por no bailar el agua a sus dirigentes de turno, en una operación que supondrá la disolución del centro de atención integral de la Corredoria, que es indispensable recordar que entró en marcha en 2015.
El secretario de Organización de IU Asturias, Alejandro Suárez, se mostró especialmente duro con una situación que a su juicio, supone una contrarreforma del modelo de atención mental. “Nuestra preocupación va en aumento cuando vemos que el Gobierno, en vez de dialogar para reordenar un servicio público tan esencial, lo que hace es intentar, mediante insidias, utilizando a funcionarias como escudos humanos, enrocarse, además con un tufo machista insoportable”.
Suárez señaló que el conflicto no guarda relación con el futuro de una o varias personas, “sea o no sea la mujer de Gaspar Llamazares, que es una funcionaria excelente, sino lo que está en juego es la posición política sobre la salud mental”.
El secretario de organización arremetió contra el Gobierno, porque, dijo, “cada vez que tiene un problema, en vez de solucionarlo, genera dos más y, en este caso, como decimos, con un tufo machista realmente nauseabundo y que va a influir en las relaciones con Izquierda Unida”. En este sentido, Alejandro Suárez se preguntó si el Instituto de la Mujer permanecerá ajeno a la situación
Frente al enroque, Alejandro Suárez pidió diálogo y seriedad: “Este es un Gobierno que, o cambia de actitud, o no podremos construir una pluralidad de izquierdas. El drama de la izquierda en Asturias es que, y lo demuestran comentarios como los de hoy del SESPA, es que hay una vieja realidad, que no acaba de morir, y hay una nueva realidad de la izquierda a la que no dejan nacer. Y esa es una decisión que tiene que tomar el Presidente del Gobierno”.