Tras meses de arduas negociaciones, la organización no ha sido autorizada para dar asistencia a migrantes indocumentados y otras poblaciones desatendidas en el país. Aunque su retirada es permanente, MSF seguirá preparada para responder a emergencias.
A principios de este año, y ante las múltiples trabas administrativas, Médicos Sin Fronteras (MSF) ya se vio obligada a cerrar sus proyectos en Samut Sakhon y en el Paso de las Tres Pagodas, en la frontera con Myanmar, privando a 55.000 personas vulnerables de su único acceso a atención sanitaria.
En septiembre, la organización médico-humanitaria llegó a la conclusión de que no le quedaba más remedio que cerrar su misión más larga hasta la fecha, iniciada para dar asistencia a los refugiados camboyanos que huían de los jemeres rojos en 1976. En la década de los ochenta, MSF prestó apoyo a refugiados procedentes de Myanmar. Desde los años noventa, jugó un papel clave en la atención y tratamiento integrales de personas con VIH/sida. De 2000 en adelante, la organización siguió respondiendo a emergencias y aportando atención sanitaria a refugiados de la etnia hmong en el norte del país.
En 35 años, el acceso a la atención sanitaria ha mejorado mucho en Tailandia. El país fue uno de los primeros en introducir el tratamiento antirretroviral gratuito para personas con VIH. Hoy, sin embargo, parte de la población sigue estando al margen de la sociedad. Trabajadores migrantes indocumentados y comunidades que viven a lo largo de la frontera todavía carecen de acceso a servicios básicos de salud.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades para registrar a migrantes, se estima que entre 1,5 y 2 millones todavía están indocumentados y sin derecho a atención sanitaria. A MSF le preocupa profundamente el futuro de estas personas, pero desgraciadamente no ha podido llegar a un acuerdo con las autoridades para darles la atención médica que necesitan. Aunque la organización cerrará sus proyectos de forma permanente, seguirá estando alerta y preparada para responder a emergencias en caso necesario.
FOTO: © Daniela Abadi / MSF