El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha arrojado un poco de luz en lo que a los menores y su uso de dispositivos móviles se refiere. Concretamente, centrados en una encuesta realizada a niños de entre 10 y 15 años de Asturias, se ha podido ver cómo el 73,3% de ellos dispone de un smartphone. Se trata de un dato más que relevante, máxime teniendo en cuenta que ese porcentaje se ha visto aumentado en un 5,4% en tan sólo un año, lo que muestra una tendencia al alza. Son muchos los padres que pueden tener dudas sobre si comprar un teléfono móvil a sus hijos es o no buena idea y la respuesta es sencilla: todo dependerá de cómo se emplee.
La encuesta del INE fue sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, con lo que se iba un paso más allá de los meros teléfonos móviles. Siendo así la misma mostró que hasta el 89,3% de los niños asturianos de la franja de edad mencionada utilizaba el ordenador. Y que, de ellos, hasta el 97,9% navegaba por Internet. Una vez más, todo residirá en el uso que se de a la Red porque bien sirve para completar un trabajo del colegio o del instituto como para otras tantas cosas.
De lo que no hay ninguna duda es que estamos ante una tendencia muy clara. Los niños de ahora aprenden a manejar la nueva tecnología como parte de su aprendizaje general y en cada hogar suele haber, al menos, un ordenador y un teléfono móvil. ¿Cómo asegurarse de que sean una buena influencia para los menores?
- Tiempos. Como con cualquier cosa, hasta sus juegos, los menores han de entender que el teléfono móvil o el ordenador cumplen una función y que no pueden pasarse las horas con ellos. El móvil, de hecho, es muy aconsejable que lo tengan cuando, por las circunstancias que sean, pasan más tiempo solos de lo deseable y se quiere que el niño o la niña pueda ponerse en contacto fácilmente, en caso de necesitarlo.
- No son juguetes. Sabemos que ambos dispositivos pueden dar pie a jugar con ellos y pueden ser, de hecho, una excelente herramienta de aprendizaje. Se les pueden mostrar juegos aptos para ellos, tanto para ordenador como para móvil, con los que aprendan y se diviertan, pero han de entender que no se tratan de juguetes y tienen que saber cuidarlos.
- Internet. La ventana que conecta con, prácticamente, todo el mundo es lo que puede llegar a resultar más preocupante porque los menores quedan expuestos a todo tipo de informaciones, imágenes y vídeos. Además, pueden entrar en contacto con gente indeseable. La mejor manera de controlar esto es poniendo barreras en la Red para que cada usuario del hogar cuente con un acceso distinto en función de su edad.
Prohibirles a los menores tener ordenador, teléfono móvil o Internet solo puede suponer que sientan una mayor curiosidad y aprovechen el acceso con el que cuenten otros amigos. Lo mejor es informarles y darles las herramientas oportunas para que aprendan a manejarlos y no al revés.