Astrónomos de todo el mundo están apuntando sus telescopios hacia un pequeño asteroide, o quizá un cometa, que parece haberse originado fuera de nuestro sistema solar, es decir, sería el primer cuerpo interestelar observado hasta ahora. Este raro objeto, designado de momento como A/2017 U1, tiene menos de 400 metros de diámetro y se mueve muy rápido. Fue descubierto el 19 de octubre por el telescopio Pan-STARRS 1 de la Universidad de Hawái durante una búsqueda para la NASA de objetos próximos a la Tierra.
“Lo que se ha confirmado es que se trata de un asteroide o cometa que se mueve en una órbita hiperbólica, el primero jamás observado de este tipo”, destaca el astrónomo español Carlos de la Fuente Marcos. “Lo más probable es que su origen sea interestelar, pero también podría tratarse de un fragmento de asteroide originado en el sistema solar y lanzado en una órbita hiperbólica hace ya mucho tiempo, tras un encuentro cercano con Júpiter o el Sol. Ahora nos habríamos cruzado con él otra vez de forma accidental. Los espectros que se obtengan del objeto confirmarán (o no) su origen interestelar. En cualquier caso, en su órbita actual parece provenir de la constelación de la Lira”.
Astrónomos de todo el mundo están apuntando sus telescopios hacia un pequeño asteroide, o quizá un cometa, que parece haberse originado fuera de nuestro sistema solar, es decir, sería el primer cuerpo interestelar observado hasta ahora. Este raro objeto, designado de momento como A/2017 U1, tiene menos de 400 metros de diámetro y se mueve muy rápido. Fue descubierto el 19 de octubre por el telescopio Pan-STARRS 1 de la Universidad de Hawái durante una búsqueda para la NASA de objetos próximos a la Tierra.
“Lo que se ha confirmado es que se trata de un asteroide o cometa que se mueve en una órbita hiperbólica, el primero jamás observado de este tipo”, destaca el astrónomo español Carlos de la Fuente Marcos. “Lo más probable es que su origen sea interestelar, pero también podría tratarse de un fragmento de asteroide originado en el sistema solar y lanzado en una órbita hiperbólica hace ya mucho tiempo, tras un encuentro cercano con Júpiter o el Sol. Ahora nos habríamos cruzado con él otra vez de forma accidental. Los espectros que se obtengan del objeto confirmarán (o no) su origen interestelar. En cualquier caso, en su órbita actual parece provenir de la constelación de la Lira”.