Clausura del Congreso Nacional del Transporte colombiano

Clausura del Congreso Nacional del Transporte  colombiano

Intervención del presidente de Colombia en la clausura del Congreso Nacional del Transporte

 

Cartagena, (SIG). “Quisiera comenzar lamentando una triste noticia, acabo de enterarme que falleció en la ciudad de Nueva York don Julio Mario Santo Domingo.

Todo el país conoce la tradición de la familia Santo Domingo, de su padre, don Mario Santo Domingo, y de don Julio Mario, quien tanto aportó al progreso y al desarrollo de este país.

Lamentamos mucho su muerte y le mandamos nuestras condolencias a su señora Beatriz, a sus hijos Alejandro y Andrés, a su hermana Beatriz y a toda su familia, y a todos los empleados de las diferentes empresas del Grupo Santo Domingo. Realmente es una gran pérdida y lamentamos mucho esta triste noticia.

Parece increíble pero es cierto: la temporada invernal más cruenta de nuestra historia no fue obstáculo para que el país siguiera avanzando hacia un nuevo y resplandeciente amanecer.

En los últimos días hemos conocido nuevos récords que Colombia ha batido en materia económica.

Por ejemplo, la inversión extranjera aumentó en más del 90 por ciento durante el primer semestre de este año.

Y esa cifra no sólo representa al sector minero-energético, sino también a áreas como  el transporte, las comunicaciones y la industria manufacturera.

La economía del país creció el segundo trimestre un 5,2 por ciento, superando las expectativas.

El desempleo de agosto se situó en el 10,1 por ciento, mostrando que la meta de bajarlo a cifras de un dígito está cada vez más cercana, y que seguramente podremos lograrla antes de terminar el año y antes del 2014, que era cuando la íbamos a cumplir. O sea, casi tres años antes.

Por si fuera poco, esta semana conocimos el último reporte del DANE en materia de exportaciones.

Entre enero y agosto el crecimiento de nuestras ventas al exterior fue del 44 por ciento.

También en este caso, la cifra refleja el buen momento de otros sectores de la economía, distintos al ‘boom’ minero.

Por ejemplo, las exportaciones no tradicionales aumentaron casi el 20 por ciento.

Y de ese logro –se los digo de corazón- ¡el sector transportador de carga puede sentirse copartícipe!

A pesar del cruento invierno y de las dificultades en las vías, ustedes siguieron despachando camiones y contribuyendo a que fluyeran nuestras ventas al exterior.

¡Ustedes demostraron de qué estamos hechos los colombianos para vencer las adversidades!

Es cierto que a comienzos de este año tuvimos diferencias con un sector del gremio camionero que entró en paro.

Fue un momento difícil para el país y para su economía, que por fortuna logramos conjurar.

En particular, recuerdo una pancarta de los manifestantes, colgada a un lado de un camión: decía algo así como “sin tabla de fletes: menos dinero, menos empleo y más pobreza”.

Luego de ese proceso –desgastante, como todos los paros- concertamos bajo el principio de construir confianza.

Al final se mantuvo la decisión de eliminar la tabla de fletes y de implementar el régimen de libertad vigilada.

Ustedes me corrigen si me equivoco, pero el hecho de haber derogado esa tabla –por la que tantos años luchó el gremio transportador- ha sido ganancia para los camioneros.

El régimen de libertad vigilada no ha producido una caída generalizada en el valor de los fletes, como muchos aseguraban.

Por el contrario, estimamos que los fletes –en promedio- han aumentado cerca de un 40 por ciento sobre los valores que existían antes.

Incluso, hay rutas en dónde el flete ha aumentado hasta en un 200 por ciento.

Eso es un buen ejemplo de cómo es de útil la llamada ‘Tercera Vía’: el mercado hasta donde sea posible y el Estado hasta donde sea necesario.

Y al final de todo este proceso, el país entero ganó, porque nos deshicimos de esa ‘manzana de la discordia’ en la que se había convertido la tabla de fletes y que era el principal motivador de los nocivos paros camioneros.

De otra parte, quedó demostrado que los paros no sirven tanto como las palabras.

Alguien decía que es POSIBLE conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero que es SEGURO conseguir más con tres horas de diálogo.

En el Gobierno hemos demostrado que estamos abiertos al diálogo –más que nunca- y que valoramos la importancia de una interlocución permanente con este sector y con todos los sectores del país.

Doctor (Jaime) Sorzano, todos esos puntos que usted mencionó en su intervención, el Gobierno está más que listo a sentarse a ver cómo los vamos resolviendo.

Me dice el Ministro (de Transporte) que varios de ellos ya han sido resueltos o están en vía de solución y los que no, lo que les quiero asegurar es que estamos con la mejor disposición para lograr ese objetivo.

Tenga usted la seguridad de que este Gobierno –como lo he dicho en todas partes- es un Gobierno que le gusta concertar, y por ejemplo en el proyecto de ley que usted mencionó, me comprometo a que antes de que comience la discusión en el Congreso, el Gobierno se siente con ustedes a ver cómo se puede corregir y qué se puede modificar para que ustedes queden contentos con ese proyecto de ley.

Pero miren la paradoja, cuando aumenta la inversión, cuando crece la economía, cuando aumentan las exportaciones, cuando estamos por fin bajando el desempleo y aumentando el trabajo formal, tanto así que somos el país en América Latina que más empleos ha creado en los últimos 12 meses, más inclusive que Brasil, algunos sindicatos deciden hacer paro, justo cuando estamos haciendo los mayores esfuerzos de diálogo social y de concertación tal vez de los últimos tiempos.

La respuesta, en lugar de trabajar juntos para que el país se beneficie, los propios trabajadores y también pensando en  los desempleados, la decisión es parar.

Afortunadamente el día de hoy, de un paro de los sindicatos del Estado, afortunadamente se realizó sin ninguna violencia y sin ningún resultado que lamentar.

Yo quiero, públicamente, reconocer que los presidentes de las centrales (obreras) cumplieron con su palabra y también señalar que se pueden hacer paros sin violencia, y eso es una demostración de madurez de nuestra democracia.

Pero reitero: Hemos cumplido y estamos cumpliendo con nuestros compromisos a favor del trabajo y los trabajadores.

Somos respetuosos, muy respetuosos de la protesta social –siempre que no acuda a la violencia- pero eso sí creemos que LA PROTESTA DEBE SER CON ARGUMENTOS.

Y  este paro y otros que se anuncian son, tristemente, paros sin argumentos.

Tal como lo prometimos, estamos creando el Ministerio de Trabajo, que será una realidad en las próximas semanas.

Sancionamos la ley que convierte en delito las acciones contra el derecho de asociación.

Incrementamos –como habíamos prometido- en un centenar el número de inspectores de trabajo, para controlar –sobre todo- el tema de las cooperativas de trabajo asociado.

Prohibimos la contratación de personal para desarrollar actividades misionales de las empresas a través de estas cooperativas.

Hasta hemos estimulado la formación de sindicatos, al punto de que en los primeros ocho meses del año se han creado más de 150 sindicatos nuevos.

Creamos, además, en las direcciones territoriales del Ministerio de Protección un mecanismo de recepción de quejas sobre cualquier actividad antisindical.

Y han disminuido las cifras de personas afiliadas a sindicatos víctimas de homicidios: en los primeros nueve meses del año han sido la mitad que en el mismo periodo del año pasado.

También hemos renovado la presencia de la OIT en Colombia y actualizado el Acuerdo Tripartito entre el Gobierno, los empresarios y varias organizaciones sindicales.

Incluso la misma OIT nos excluyó el año pasado de la lista de países bajo observación especial.

Pero nada de esto lo vieron los protestantes.

En medio de semejante panorama de acciones del Gobierno por los trabajadores, se han concentrado en exigir la expedición de un decreto sobre negociación colectiva, una norma cuya concreción venimos discutiendo, pero que jurídicamente parece que requiere de una ley.

Por eso digo: éste es un paro sin argumentos.

¡Y qué decir del paro que han anunciado algunas organizaciones radicales de estudiantes, respaldados por Fecode, por causa de la reforma a la educación superior que presentamos al Congreso!

Aquí SÍ que no hay argumentos, sino información tergiversada sobre la reforma, y lo peor es que engañan a estudiantes, docentes y padres de familia diciéndoles que la reforma tiene contenidos que no son ciertos.

Se los digo con toda claridad:

La reforma a la educación superior NO va a privatizar la educación.

La reforma a la educación superior NO la va a convertir en una mercancía, ni tiene por qué significar incremento de matrículas.

La reforma a la educación superior no afecta la autonomía de las instituciones educativas.

¿Qué significa la reforma para el país?

Que aumentaremos los recursos para la educación superior pública en más de 11 billones de pesos en los próximos 10 años.

Que daremos créditos con cero interés real para que los estudiantes de bajos recursos ingresen a las universidades o a los institutos técnicos y tecnológicos, y que muchos de ellos serán becados total o parcialmente.

Que daremos también un subsidio de sostenimiento a los estudiantes de bajos recursos.

Que de aquí al 2014 crearemos 600 mil nuevos cupos para que más colombianos puedan cursar su educación superior.

Que vamos a estimular una mejor calidad en universidades e institutos, y en sus programas.

Que vamos a asignar recursos para que más profesores se capaciten mejor, y tengan acceso a maestrías y doctorados.

Que vamos a invertir 2,8 billones de pesos para financiar proyectos de ciencia, tecnología e innovación.

Entonces, yo me pregunto, y me pongo en los zapatos de Fecode, de los maestros, de los estudiantes, de los padres de familia: ¿dónde está el problema con la reforma?

¿Por qué convocar a estos paros sin argumentos?

Ojalá quienes están promoviendo esos paros se tomen todo el tiempo de conocerla, de entenderla, y verán que en este Gobierno no tenemos más que compromiso para mejorar la educación, así como estamos comprometidos a mejorar las condiciones de los trabajadores.

Y aquí en esto de lograr a través del diálogo mejores resultados que a través de las vías de hecho, el Ministro de Minas me informó antes de entrar a este recinto, desde el Meta, que habían llegado ya a un acuerdo trabajadores, la empresa Pacific Rubiales y el Gobierno.

Un acuerdo que mañana se darán todos los detalles, pero ya ese foco de conflicto quedó superado, afortunadamente.

Y van a resultar los trabajadores con mejores condiciones que aquellos trabajadores que estaban acudiendo a las vías de hecho.

Pero no me extiendo más sobre esto, y volvamos al tema que nos convoca –el del transporte- porque aquí también estamos honrando nuestros compromisos.

Un ejemplo es que cumplimos con la promesa de crear un viceministerio dedicado exclusivamente al transporte, permitiendo además que el otro viceministerio se concentre en asuntos de infraestructura.

Ahora bien, este Gobierno trabaja a favor de los intereses de todos los participantes de la cadena. Nuestra misión es conciliar esos intereses entre los diferentes agentes de la cadena.

De lo que siempre pueden tener plena certeza es de que el Gobierno NO está cargado hacia ningún lado y que –al final- el concepto que prevalecerá es -como debe ser- el  de defender el ‘interés general’.

Eso sí, comprendemos la especial relevancia del transporte de carga, porque somos conscientes de que ustedes prestan un servicio público esencial para Colombia, esencial para la economía.

Y sobre todo ahora, que estamos ad portas de entrar ni más ni menos que al mundo desarrollado con nuestro comercio, con los tratados de libre comercio.

Espero que el próximo miércoles, más o menos a esta hora, podamos estar diciendo que se aprobó en las cuatro discusiones el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Eso va a cambiar en forma muy importante la perspectiva de la economía colombiana.

Ya estamos con Canadá, ya estamos con Suiza, el año entrante estaremos con la Unión Europea, y espero también muy pronto con Japón, con Corea; y espero también que ese tratado que hay que renegociar, y estamos insistiendo con Venezuela, lo podamos renegociar relativamente pronto.

La Canciller (María Ángela Holguín) estuvo con el Canciller (de Venezuela, Nicolás) Maduro hace un par de días, quedamos de ver en qué momento nos reunimos con el Presidente Chávez para darle un empujón a esa negociación, que yo sé que es de gran importancia para ustedes y para el país.

Hoy quisiera destacar las bondades de siete medidas que hemos empezado a implementar y que significan importantes avances para que este sector sea, como ustedes lo proponen, un “sector de clase mundial”.

Ya hablé de dos de ellas: el régimen de libertad vigilada y la creación del Viceministerio de Transporte.

Una tercera medida es el Sistema de Información de Costos Eficientes –el SICE- que hoy sirve de referencia para pactar cuánto cuesta el transporte de una determinada carga.

El SICE, como ustedes saben, tiene en cuenta variables como el costo de los peajes y el ACPM, lo que significa que –al final- ese aumento se traslada al generador de carga y no a la empresa o al camionero que la transporta.

Una cuarta medida es el ajuste que estamos haciendo en el manifiesto electrónico de carga, con el que se monitorean las operaciones del mercado de manera más técnica y precisa.

Este manifiesto ya venía operando, pero con limitaciones en su funcionalidad y en los estándares tecnológicos.

Por eso, el Ministerio de Transporte, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, está terminando de desarrollar esta aplicación, mucho más avanzada y acorde con la modernización que requiere el sector.

Se trata de una herramienta importante porque nos va a permitir controlar y sancionar a quienes hagan competencia desleal, además de ayudarnos a evitar la ilegalidad.

La quinta medida es la política de regulación del parque automotor.

Sé que éste es el punto más sensible en la agenda que tenemos con ustedes.

Y les repito lo que dije antes: “Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro conseguir más con apenas tres horas de diálogo”.

Sabemos que la actual política que regula el parque automotor genera controversias, y algunos piensan que no es buena porque motiva la llegada de vehículos nuevos sin que se chatarrice en la misma proporción.

En esta discusión hay muchos puntos de vista y muchos sectores involucrados: transportadores, generadores de carga, ensambladoras y comercializadores e importadores de vehículos.

En medio de ese abanico de intereses, es apenas lógico que intervengan los ministerios de Transporte, de Hacienda, de Industria y Comercio, además de Planeación Nacional.

Por eso, lo más sensato que podemos hacer nosotros es llevar el tema al más alto escenario de deliberación del Gobierno Nacional –que es el CONPES–.

Aquí –vuelvo y repito–: el Gobierno NO está ni estará cargado hacia ningún lado y –al final– lo que resolverá cualquier diferencia es el concepto del ‘interés general’ y ahora un concepto cada vez más importante, el de la competitividad.

En todo caso, ya existe –de entrada- un beneficio que está contemplado en la Ley del Plan Nacional de Desarrollo y es la creación del ‘Fondo de Renovación’.

El Ministerio de Transporte está trabajando en la reglamentación de este Fondo, que se alimentaría con recursos del presupuesto nacional.

La idea es que los transportadores acudan a estos recursos para apoyar la renovación de su vehículo o incluso para refinanciar sus deudas.

Una sexta medida es en materia de logística.

Sobre este tema también incluimos un artículo en la Ley del Plan Nacional de Desarrollo para garantizar el servicio a los usuarios de carga durante las 24 horas del día, los 7 días de la semana tanto en los puertos marítimos como en los centros de concentración de carga de comercio exterior.

La idea es que los diferentes agentes de la cadena estén sincronizados en los procesos aduaneros, desde la Policía Antinarcóticos hasta la DIAN, y para ello estamos mejorando sus infraestructuras y sus capacidades para darle fluidez a la carga.

Eso no sólo significa trabajar 24 horas 7 días, sino que también requiere, por ejemplo, el uso de tecnologías como inspección de ‘rayos X’ para no tener que abrir todos los contenedores.

La séptima y última medida tiene que ver con el fortalecimiento de la regulación de los temas de infraestructura y servicios de transporte

Para coordinar esta tarea tenemos ahora dos viceministerios especializados en cada uno de los temas.

Y estamos trabajando para diseñar un sistema regulador más práctico y efectivo, en lo posible –en lo posible- sin que sea necesario crear instituciones nuevas, que a menudo traen más costos y problemas que beneficios.

Pero eso también lo podemos hacer de común acuerdo, para ver cómo podemos diseñar una entidad que genere confianza. Yo creo que cualquier entidad que regule debe tener es la confianza de la gente a quien regula.

La infraestructura es otro de los temas esenciales en los que hemos venido avanzando, aunque –debo admitirlo- no al ritmo que hubiéramos querido y que necesita nuestro aparato productivo.

Esto se suma al rezago histórico de nuestro país en el tema de infraestructura, un rezago que se ha convertido en un cuello de botella para nuestra competitividad.

Y por si fuera poco, todo se agravó con el drama del invierno.

Pero la decisión del Gobierno –y creo que ustedes lo entienden bien- es hacer las cosas bien, hacer las cosas al derecho, así nos demoremos un poco más.

Porque la experiencia que hemos tenido hasta ahora ha sido muy frustrante, todo por tratar de hacer las cosas de afán.

Y del afán –bien lo dice el dicho- no queda sino el cansancio, y las obras aplazadas o mal hechas.

El país ha perdido mucho, muchísimo, por cuenta de las adiciones presupuestales y de los otrosíes a mitad de camino, como consecuencia de no estructurar bien los proyectos.

Por eso el Ministerio ya tiene definido su listado de ‘mandamientos para la contratación de nuevas obras’.

El primero de esos mandamientos es estructuración, el segundo mandamiento es estructuración y el tercero es estructuración.

Antes que nada, vamos a contratar todos los estudios técnicos, financieros y estructurales que dejen claro hasta el más mínimo detalle que implica cada concesión.

Sólo después de tener ese estudio abriremos la licitación para saber quién se le mide a hacer la obra, teniendo en cuenta todos los requisitos que implica.

De esta manera nos vamos a evitar sorpresas, así como pérdida de tiempo y de plata.

Como ustedes saben, en el Gobierno diseñamos un completo programa llamado ‘Infraestructura para la Prosperidad’, que incluye toda obra vial, ferroviaria, fluvial, aeroportuaria y portuaria que el país necesita en los próximos años.

Tan solo este año, esperamos invertir un total de 9,6 billones de pesos. El próximo año serán 12,4 billones.

En concreto, con respecto a la red vial, la meta del cuatrienio es entregar más de mil kilómetros nuevos de dobles calzadas –es decir, duplicaremos las que hoy existen–.

Apenas para este último trimestre del año, Invías abrirá nuevas licitaciones por 3 billones de pesos para obras que entregaremos antes de que acabe el cuatrienio.

Una de ellas –de extrema importancia para el sector del transporte de carga– es la terminación de la doble calzada Citronela-Loboguerrero, en la vía Buga-Buenaventura.

A propósito, quiero lamentar también muchísimo la muerte de tres compatriotas en un alud que hubo hoy en la vía hacia Buenaventura.

Esos son los problemas que tenemos con este invierno y con nuestra geografía, pero por eso tenemos que acelerar nuestras obras de infraestructura.

De otra parte, vamos a concesionar 5.000 kilómetros de corredores viales, distribuidos en cinco megaproyectos diseñados por el Inco –además de otros 1.000 kilómetros de vías férreas–.

Y un buen ejemplo para destacar, sobre la importancia de estructurar, es el metro de Bogotá.

La semana pasada me reuní con la alcaldesa Clara López y ratificamos nuestro compromiso de apoyar el metro, luego de conocer un estudio muy serio que justifica la necesidad de ese sistema de transporte masivo.

De hecho, hemos acordado incluir un proyecto adicional, generado desde el propio Ministerio de Transporte: el llamado ‘Corredor Verde’.

Consiste en una obra por la Carrera Séptima, con cero emisiones contaminantes y que contempla un sistema de buses eléctricos y espacios públicos como ciclorrutas, zonas verdes y plazoletas.

Faltan algunos estudios adicionales para el metro y para el ‘Corredor Verde’, pero ya acordamos con la alcaldesa la realización de un documento Conpes que debe estar listo el próximo mes.

Todos esos esfuerzos deben ir armonizados dentro del concepto de Sistemas Integrados de Transporte.

Al respecto estamos trabajando en el diagnóstico de la situación actual de los sistemas masivos en las diferentes ciudades, porque entendemos que algunos se han quedado cortos frente a la necesidad de un modelo integral y sostenible.

Precisamente, luego de realizar el diagnóstico, diseñaremos una nueva política de movilidad urbana que responda a esa necesidad.

Queridos amigos del transporte de carga:

Sabemos muy bien lo que este sector representa para el país: ustedes alimentan a Colombia mientras recorren las venas de su difícil geografía.

Yo diría que los camioneros son uno de los grupos de colombianos más abnegados y trasnochadores, manejando sin parar por nuestras vías largas y culebreras.

Pero también diría que son de los más afortunados: tienen el privilegio de ser espectadores habituales de los amaneceres y atardeceres que acompañan nuestros bellos paisajes de montañas y ríos.

Quiero invitar a este gremio a unirse a nuestro propósito nacional de formalización.

Nuestros camioneros merecen contratos estables; una vida digna, con salud, pensión y vacaciones pagas.

¡Más del 90 por ciento de ellos vive en la informalidad!

Yo creo que no es justo que el país avance en esta materia mientras nuestros camioneros se quedan rezagados.

Tampoco tiene presentación que el sector no esté en sintonía con las reglas de juego básicas de una economía sana.

Nosotros estamos poniendo de nuestra parte, pero necesitamos que pongan su grano de arena.

Los transportadores deben pensar en la responsabilidad que tiene de formalizar a sus trabajadores.

Eso sólo tiene ventajas. Por ejemplo, en aspectos tan evidentes como el acceso a la banca, brinda la posibilidad de crédito porque se cuenta con un ingreso de largo plazo.

Con trabajadores formalizados y contratos estables, las empresas también pueden pensar en el mediano y en el largo plazo –incluso, en asuntos tan rutinarios como programar los recorridos de sus camioneros durante un mes, y no pensando solamente en el recorrido del día siguiente–.

Éste es un reto apenas lógico en su misión de modernizarse, adaptarse y evolucionar.

En ese propósito, cuenten con nosotros. Tengan la certeza de que aquí estamos para escucharlos y para apoyarlos.

Aquí hay un canal permanente de diálogo para que nos entendamos directamente.

Aquí hay un Gobierno que piensa en ustedes y trabaja para ustedes, porque sus intereses y los nuestros son los mismos.

Los invito a que trabajemos unidos, para que demos juntos –como quien remonta una cumbre después de una larga jornada camionera- el salto a la prosperidad que el país necesita.

Y quiero terminar con una nota optimista. El Ministro de Hacienda me dio esta tarde las proyecciones que hicieron en el Ministerio de Hacienda, sobre las cifras fiscales y las cifra macroeconómicas al final de este año. Y si no sucede nada imprevisto vamos a ver unas cifras mucho más positivas de lo que se había planeado.

En inversión pública. La inversión pública va a resultar siendo 2.8 por ciento del PIB en lugar del 2.5.

¿Esto en qué se traduce en pesos? En que la inversión pública va a terminar siendo 16.9 billones de pesos, en lugar de 15.3 (billones de pesos). 

Que los ingresos de la DIAN, van a ser 13.5 por ciento del PIB en lugar del 12.5, o sea 1 por ciento más del PIB

¿Eso qué quiere decir en plata?

Que los ingresos van a ser del 81.2 billones de pesos, en lugar de 75.3 billones. O sea casi 6 billones de pesos por encima de lo que teníamos previsto.

Y eso se va a traducir en que el déficit del Gobierno no va a ser del 4 por ciento, sino del 3.3 por ciento.  Eso es una noticia muy positiva porque quiere decir que vamos a estar mucho mejor protegidos, frente a lo que usted mencionaba al comienzo de su intervención, a este panorama mundial tan confuso y tan incierto. Esto lo que quiere decir es que vamos a estar mejor blindados para cualquier eventualidad.

Y creo que eso es una muy buena noticia para cerrar esta intervención

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