(Campaña en Defensa del Lobo).-Hoy, sábado 28 de octubre, nos presentamos en Illas no sólo para mostrar nuestro total desacuerdo con el sinsentido de las batidas de lobos, sino también para mostrar nuestra más profunda indignación. Indignación que provocan, por ejemplo, las recientes declaraciones de Luis Venta, diputado del PP en la Junta General del Principado de Asturias, que señalan que hay que matar al lobo.
Aunque el propio Plan Lobo refleje que este año los daños al ganado han disminuido respecto al anterior, en Asturias según el PP sobran la mitad de los lobos, y lo afirman de tal manera que parece que manejen extensos datos de población que puedan sustentar dicha afirmación, cuando la realidad es todo lo contrario.
Sin embargo, nada dicen sobre que una masacre como la que proponen podría desencadenar en un aumento de daños como ya sucedió en 2014, daños que se abonaron y se siguen abonando con dinero público. Tampoco explican que el lobo ibérico no se considera una especie cinegética en territorio astur y aún así a los cazadores se les permite participar en las batidas, aunque el pago de daños siga saliendo de nuestro bolsillo y no del de ellos como debiera ser al tener el "privilegio" de participar en su persecución y caza.
Es inútil negar que estoy se ha convertido en un tema político en el que incluso el Consejero de Infraestructuras Fernando Lastra ha intervenido de la peor manera posible sin querer tener en cuenta la opinión de todos los colectivos, cuando denomina al lobo una alimaña que puebla nuestra tierra. Gracias a este tipo de declaraciones y actitudes finalmente entendemos el porqué de que siempre escucha a los mismos.
En Asturias una vez más hay voces que no están siendo escuchadas por los políticos y rechazan la imagen que se proyecta al exterior. La imagen de una Comunidad Autónoma, un falso Paraíso Natural que cuando no amanece con lobos colgados de señales de tráfico, tiene a sus políticos proponiendo atajar el problema autorizando su caza. La fauna salvaje cada vez se está viendo más amenazada, como además en el caso del lobo ibérico seria el caso del oso, el cormorán, el urogallo.
Rechazamos cualquier modelo de gestión que implique poner en peligro el equilibrio y la conservación de nuestros ecosistemas que recientemente tan afectados se han visto tras los incendios.
Rechazamos la falta de ética que supone permitir seguir cazando en terreno quemado lleno de animales asustados, desorientados e incluso puede que hasta heridos.
Una muestra de la falta de cordura que hay en nuestro Gobierno que se permite el lujo de amenazar a sus propios guardas rurales que se atrevan a dudar de la resolución para matar lobos. La cruda realidad es que el lobo ibérico mueve muchos intereses y muchos votos, y los lobos imaginarios que se dejan ver cerca de las ciudades ganan aún muchos más. Así que por favor, dejen de tomarnos el pelo.