Fuegos en Galicia, Asturias, León y Portugal: El arrastre de cenizas por las lluvias puede llegar a arroyos y ríos y causar su contaminación en un fenómeno conocido como “chapapote de monte”. Greenpeace demanda medidas urgentes como constuir pequeños diques de contención, sacar la madera quemada y dar tiempo para la regeneración natural
Ante las necesarias lluvias que están cayendo durante las últimas horas en las zonas afectadas por los incendios forestales, Greenpeace recuerda que es necesario tomar medidas urgentes para proteger el suelo de los bosques y evitar procesos erosivos y la contaminación de cursos de agua.
La organización ecologista considera fundamental tomar las precauciones necesarias para evitar que se produzca la contaminación de las aguas de los ríos por las cenizas, el conocido como “chapapote de monte”. Esta situación ya se vivió, por ejemplo, a finales de agosto tras el incendio de El Encinedo (León) cuando las lluvias arrastraron los terrenos calcinados por las llamas y tiñó los ríos de negro (1) . O incluso han llegado a afectar a los bancos marisqueros de las rías y ensenadas costeras, como ocurrió en 2013 tras los incendios del Monte O Pindo en Carnota (A Coruña) (2).
Las primeras lluvias otoñales, en uno de los años más secos de la historia, y la bajada de temperaturas están ayudando a controlar los numerosos incendios que han estado asolando Galicia, Asturias y León, mostrando por fin un mapa de niveles bajos de riesgo de incendio forestal.
Para ayudar a la recuperación de los bosques, es prioritario proteger el suelo y reducir los procesos erosivos agravados por las deseadas lluvias. Por tanto, las primeras actuaciones de emergencia se deben centrar en frenar los procesos erosivos actuales, controlar las posibles avenidas y posteriormente favorecer la regeneración natural de la cubierta vegetal.
¿Qué medidas se tienen que tomar?
- Realizar pequeños diques perpendiculares a la pendiente en laderas muy empinadas para evitar pérdida de suelo y frenar la escorrentía (los arrastres de agua). Se trata de retener el suelo, de poner obstáculos a la circulación del agua en las laderas e impedir la formación de regueros y cárcavas (socavones).
- Llevar a cabo construcciones provisionales en arroyos, ríos y lagunas para evitar que lleguen sedimentos y cenizas que contaminen los cursos de agua y afecten a la vida piscícola.
- Sacar la madera quemada para evitar riesgo de plagas y enfermedades. Además, hay que extraer la madera sin arrastrarla para seguir con el objetivo fundamental de evitar erosionar el suelo. Esto es muy importante para no dañar la futura regeneración natural.
- Dar tiempo al bosques a ver su capacidad de regeneración y, posteriormente, ver qué medidas son necesarias implementar (siembra, repoblación, acotado al ganado, etc..)
Además, conociendo las adaptaciones de la vegetación, es importante esperar a repoblar para ver cómo evoluciona la superficie quemada y cómo se abre paso la regeneración natural de las especies con las estrategias mencionadas.
Greenpeace recuerda que el fuego es un elemento natural que forma parte de los fenómenos que modelan el paisaje. Por ello, gran parte de las especies vegetales de la región mediterránea tienen algún tipo de adaptación al fuego (corteza gruesa para soportar altas temperaturas; capacidad para rebrotar tanto de copa, cepa, raíz, capacidad para germinar generando abundantes bancos de semillas que germinan con elevadas temperaturas, como es el caso de los pinos).
Por último, Greenpeace reitera su pesar ante la pérdida de vidas humanas y el daño medioambiental de estos fuegos y demanda un mayor esfuerzo en la persecución de los incendiarios que queman el bosque. La organización pide una gestión más activa del paisaje que tienda a la imitación, a pequeña escala, del régimen natural de incendios: a través de las quemas prescritas, explotación forestal, extracción de biomasa para uso energético, ganadería extensiva, etc. Son necesarios ecosistemas forestales y paisajes más resilientes al fuego y a los escenarios del cambio climático. También se debe dar un mayor apoyo a las Fiscalías de Medio Ambiente en el esclarecimiento y persecución del delito de incendio forestal, así como la necesidad de que el Gobierno español apruebe una Ley de Cambio Climático y Transición Energética ambiciosa, que tenga como objetivo evitar que las temperaturas globales aumenten por encima de 1,5 ºC
NOTAS: