Javier Fernández, en un emotivo discurso tras 17 años como secretario general, ha concluido, en su intervención en la apertura del 32 Congreso: "el PSOE no me debe nada, yo se lo debo todo"
En su último discurso como secretario general de la FSA-PSOE, Javier Fernández dejó claro, en una intervención muy emotiva y personal, que "el PSOE no me debe nada, yo se lo debo todo". Mirando más hacia el pasado que hacia el futuro, explicitó, Fernández alertó, tras su experiencia política, que "siempre hay un iceberg esperándote en alguna parte", dijo a modo de ejemplo para recordar "las cosas que hice bien y las que hice mal desde aquel congreso en el que la política entró al galope en mi vida porque las circunstancias me colocaron en una posición de liderazgo en un momento muy crítico para el partido".
"En cada pérdida y en cada encuentro" de esos momentos políticos, admitió Fernández, "aprendí cosas sobre la política y sobre el partido, sobre la vida y sobre mí mismo". "En política aprendí que no se elige nunca entre el bien y el mal sino entre lo preferible y lo detestable y los socialistas estamos aquí para repartir justamente la esperanza", ha añadido.
"En política", dijo en otro momento de su intervención, "he tenido éxito y he fracasado y nunca he tenido miedo a lo uno y a lo otro porque siempre supe que mi carrera política podía terminar en cualquier momento". "No me mueve el poder, nunca he tenido esa pasión por mandar" señaló también el secretario general tras agradecer que "lo que un secretario general aprende en 17 años de su partido no está escrito en ningún libro".
Con tono reflexivo, Javier Fernández no dejó de censurar la división en el partido, "un espectáculo áspero, duro, enconado, y un secretario general percibe esas divisiones mejor que nadie, y debemos volver a llamarnos con la palabra que nos nombra: socialistas", deseó.
En su repaso político a 17 años como secretario general confesó haber aprendido que ?la FSA-PSOE era más que una organización, una historia, una tradición y una cultura". Consciente de que el tiempo también pasa en política, admitió tener "congoja", pero "lo que no quiero tener por todo lo que ha pasado en este último año es amargura" porque consideró que "he tenido mucha suerte en mi vida política. Ha sido un honor liderar el partido, gestionar un equipo, dirigir un grupo parlamentario". Reconocimiento en el que no quiso nombrar a nadie excepto a Luis Martínez Noval, "a quien tanto quería. Para él mi cariño y mi recuerdo para ti, Adrián, mi respeto". "Al PSOE, decirle que no me debe nada, que yo se lo debo todo. Que soy un abrumado deudor y hoy quiero que mis últimas palabras sean para mi partido, para sus militantes, para sus dirigentes y para todos vosotros", zanjó.
En la apertura del 32 Congreso deseó que "la referencia de la izquierda solo puede pasar por el PSOE", partido del que dijo que "es el que más ha trabajado por la cohesión social" y abogar "por el valor del diálogo" que contrapuso a la posición del PP, al que responsabiliza de la situación de Cataluña por "la maldita operación electoralista de los populares . La vicesecretaria general, Adriana Lastra, también asistió a la inauguración del cónclave de los socialistas asturianos.