Por José Pichel Andrés
/DICYT
La nutria paleártica (Lutra lutra) y la rata de agua (Arvicola sapidus) presentan un buen grado de conservación en el Parque Natural Arribes del Duero, que comparten las provincias de Zamora y Salamanca. La Universidad de Salamanca ha realizado una investigación que supone el primer estudio exhaustivo sobre la nutria en esta zona, mientras que en el caso de la rata de agua ni siquiera existían datos previos, de manera que se ha constatado una importante presencia, pero se desconoce cuál es su evolución. No obstante, los investigadores destacan la importancia de realizar un seguimiento de estas especies en el futuro.
Tras varios años de trabajo del grupo de investigación que lidera Miguel Lizana Avia en el Departamento de Biología Animal, los datos han sido publicados en la tesis de grado de Andrés Rodríguez Pereira, que ha obtenido la máxima calificación. Según explica a DiCYT este último, "en el caso de la nutria, se sabe que su presencia es constante en Arribes porque se han realizado estudios durante años", aunque nunca habían sido estudios específicos referidos al Parque Natural de forma que abarcasen todo su territorio para analizar la distribución y conservación de este animal.
El caso de la rata de agua es más complicado hacer un balance, ya que "se sabe muy poco de su presencia en Arribes, no hay datos ni estudios previos", afirma Rodríguez Pereira. Además, en el conjunto de la península Ibérica se ha observado una reducción de hasta un 30% en los últimos años, pero la carencia de estudios previos en la zona impide realizar comparaciones.
En cualquier caso, la rata de agua "se ha localizado en la mayoría de los lugares" y tiene a su favor un dato importante: uno de sus principales depredadores, el visón, apenas tiene presencia en Arribes. Este animal introducido por el hombre tiene una gran capacidad de adaptación y se ha expandido muy rápido. De hecho, hay indicios de su presencia en esta zona, ya que ha sido "puntualmente localizado" por investigadores de la Universidad de Salamanca, pero no parece estar asentado una forma permanente.
Al contrario que la rata de agua, la nutria es un animal protegido y está en proceso de recuperación en toda la península desde que sufriera una fuerte regresión en la década de 1970. En este caso, los científicos pueden afirmar con mayor seguridad que su estado de conservación en Arribes del Duero es bueno.
Necesidad de seguimiento
En cualquier caso, los científicos consideran que sería necesario mantener un seguimiento constante sobre el comportamiento de estas especies. "Habría que establecer estudios a lo largo del tiempo para poder hacer comparativas", apunta Andrés Rodríguez. De hecho, en el caso de la nutria se realizan sondeos nacionales cada 10 años, pero en un entorno tan reducido como el Parque Natural convendría realizar muestreos cada dos o tres años como mucho, opina el experto.
Para llevar a cabo el seguimiento, ante la imposibilidad de realizar a observaciones directas, los científicos se basan en indicios indirectos de la presencia de estos animales como pueden ser los excrementos. De hecho, la nutria es un animal nocturno difícil de localizar, así que hay pocas posibilidades de realizar estos estudios de otra forma. Sin embargo, esto impide realizar estimaciones exactas de la población. Los datos se plasman únicamente en mapas de abundancia relativa a partir de los indicios indirectos que se encuentran.
Alteración del hábitat
Como para cualquier otro animal, la alteración del hábitat es la principal amenaza de las nutrias y de las ratas de agua. Estas dos especies necesitan que estén bien conservados los cursos de los ríos, pero también requieren una buena cobertura vegetal, que a la nutria le sirve como refugio y que para la rata es un elemento esencial para escapar de los depredadores.
Esta investigación se recoge en la tesis de grado de Andrés Rodríguez Pereira, llamada 'Análisis de las poblaciones de nutria paleártica (Lutra lutra) y rata de agua (Arvicola sapidus) en el Parque Natural de Arribes del Duero: bases ecológicas para su gestión y conservación'. Este trabajo aglutina los datos de dos fases diferentes del estudio: la primera se realizó en la provincia de Zamora en los años 2008 y 2009, mientras que la segunda se llevó a cabo en Salamanca en 2010. En estos proyectos los investigadores contaron con la colaboración del Parque Natural, de la empresa Grupo Tracsa y de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.