El Grupo de Rescate de Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), a bordo del helicóptero medicalizado del organismo autónomo, ha rescatado, ileso, a un senderista que sufrió una caída y quedó enganchado a un árbol, en una zona de muy difícil acceso, en el desfiladero de Peñas Juntas, en la Senda del Oso, en Proaza.
El afectado, un varón de 28 años de edad, fue evacuado en el helicóptero hasta el parque de bomberos de Proaza donde aterrizó la aeronave. La operación tanto de localización como de rescate resultó muy compleja.
Cuando el Centro de Coordinación de Emergencias del 112 Asturias recibió el aviso, a las 13.55 horas, los alertantes, unos senderistas que estaban realizando la Senda del Oso, sólo pudieron indicar que desde donde se encontraban, facilitaron sus coordenadas, escuchaban a una persona pedir auxilio. Las voces provenían, añadieron, como de por encima de ellos. Parecía que el hombre se había desorientado, había sufrido una caída y estaba enriscado. No lo veían pero estaban hablando con él. Les dijo que iba caminando sólo y que tenía algunas magulladuras. Estaba muy nervioso.
Además de pasar a los alertantes con el Grupo de Rescate que se movilizó para la intervención con el helicóptero medicalizado, la Sala 112 del SEPA informó de lo sucedido a la Guardia Civil que envió una patrulla a la zona.
Fueron los agentes del instituto armado desplazados al lugar los que a las 14.33 horas concretan más detalles sobre su ubicación. Señalan que el hombre está agarrado a un árbol al otro lado donde se encuentra el helicóptero en ese momento. Unos minutos más tarde, tras recibir nuevas indicaciones, a las 14.47 horas, el equipo informa que tiene localizado al afectado y que va a proceder a realizar el rescate aunque la maniobra va a resultar complicada.
El hombre se encontraba unos 100 metros por encima de la Senda del Oso, en un terreno muy escarpado, con mucha vegetación y arbolado y con una línea de alta tensión cruzando la zona. Además al estar situado en una zona muy encañonada cualquier brisa de viento dificulta notablemente el trabajo de rescate.
El equipo tuvo que volar por debajo de la línea de alta tensión y realizar cuatro ciclos de grúa, de 35 metros de cable cada una de ellas, para llevar a cabo el operativo. Uno de los bomberos-rescatadores bajo con la grúa a una zona situada unos 30 metros por encima del lugar donde se encontraba el afectado. Tras asegurar el lugar descendió el médico rescatador. Desde allí el bombero-rescatador logró llegar hasta el afectado. Tras asegurarse los dos escalaron hasta la zona donde se encontraba el médico-rescatador y desde allí, junto con el médico, fueron izados ambos a la aeronave.