Concha Masa considera que la distinción entre música enlatada y en directo no tiene sentido, siempre que se respete el derecho al descanso de los vecinos y la seguridad de los espectadores
IU pide en el Parlamento y en los Ayuntamientos un cambio en la normativa autonómica para permitir la música en directo en los locales de hostelería, garantizando en todo caso la seguridad de los espectadores y el derecho al descanso de las vecinas y vecinos. La iniciativa, que responde a un problema que lleva tiempo en la calle, pretende conjugar los intereses de los músicos que ahora no pueden tocar en directo, -dándose la paradoja de que la misma música enlatada sí podría sonar-, con los intereses de los hosteleros y los vecinos. “La distinción no tiene sentido”, aseguró la diputada de IU, Concha Masa, que junto con Gabriela Álvarez, responsable de Política Municipal de la coalición y el concejal de IU de Oviedo, Roberto Sánchez Ramos, presentaron en el Parlamento autonómico la Proposición No de Ley, que será moción en los ayuntamientos donde IU tiene representación. Masa sostuvo que en Asturias la música en vivo es una manifestación cultural y que no tiene sentido ponerle trabas. “La música en vivo tiene que tener, al menos el mismo valor que la transmitida electrónicamente”, explicó.
A juicio de Gabriela Álvarez es necesario modificar la normativa vigente y adaptarla a la realidad para que, como reivindica la plataforma constituida, no se produzca “ni un acorde de menos ni un decibelio de más”. “No tiene sentido que el Gobierno siga cerrando los ojos ante una realidad” como es la música en directo, siempre que se cumpla con las normativas para no molestar a los vecinos, explicó la responsable de Política Municipal de IU de Asturias. La moción ha sido trasladada a todos los grupos municipales.
Roberto Sánchez Ramos, Rivi, sostuvo la necesidad de modificar una normativa “muy burocrática” y adaptarla a la realidad social. “Si la música enlatada llega a unos decibelios la que se produce en directo debe llegar a los mismos”, explicó. Rivi aseguró que en un municipio como Oviedo un conjunto formado por un chelo, dos violines y un cantante de clásica nunca podría actuar en un bar aunque no llegasen nunca a los decibelios permitidos. “Siempre y cuando la medición sea la misma, siempre que se produzca en horarios racionales y racionados, dónde está la contradicción”, argumentó.