Los doce municipios deben presentar un diagnóstico de situación e impulsar planes de acción para lograr el reconocimiento definitivo que concede la Organización Mundial de la Salud
El proyecto persigue fomentar el envejecimiento activo mediante la implicación de los ayuntamientos
Los doce ayuntamientos del occidente que participan en el programa de envejecimiento activo Rompiendo distancias, impulsado por el Gobierno de Asturias, han recibido la comunicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que los distingue como concejos adheridos a la iniciativa Ciudades y comunidades amigables con las personas mayores. Se trata de los municipios de Boal, Castropol, Grandas de Salime, Illano, Pesoz, San Martín de Oscos, Santa Eulalia de Oscos, San Tirso de Abres, Taramundi, Vegadeo, Villanueva de Oscos y Valdés.
No obstante, el reconocimiento definitivo llegará en un lustro, una vez concluido el plan de trabajo previsto en el programa. Así, en un plazo de dos años los concejos deberán presentar un diagnóstico de su situación y un plan de actuación que se desarrollará en los tres siguientes.
El personal municipal responsable del programa Rompiendo distancias, en coordinación con el equipo territorial del Principado en la zona, se centra ya en la constitución de los grupos que se encargarán del análisis sobre los siguientes ámbitos: espacios al aire libre y edificios, transporte, vivienda, participación y sensibilización social, respeto e inclusión, trabajo y participación ciudadana, comunicación e información, y apoyo de la comunidad de servicios sociales y de salud. En total, está prevista la creación en cada concejo de cuatro grupos de personas mayores por tramos de edad, además de otro integrado por cuidadores y personal que presta asistencia a los ancianos.
Una vez elaborado el diagnóstico y definidas las propuestas, se presentarán ante los respectivos plenos municipales para que el proyecto sea ratificado por todos los representantes institucionales.
El objetivo de estos concejos, que tienen en común su carácter rural, una población dispersa y una elevada tasa de envejecimiento (el 29% de los habitantes tiene más de 65 años) es avanzar en la participación plena y activa de las personas mayores. La propuesta ha sido posible gracias al programa Rompiendo distancias, que arrancó en 2000 como propuesta del Gobierno de Asturias para fomentar la participación. El primer concejo de la zona en sumarse fue Taramundi y, progresivamente, se fueron adhiriendo los demás.
En 2015, 1.224 personas de estos municipios participaron en las actividades y servicios del programa, y 784 recibieron prestaciones de ayuda a domicilio y teleasistencia. Asimismo, más de 40 profesionales trabajaron en los distintos aspectos del plan: transporte, podología, fisioterapia, psicología, actividades tiempo libre, gimnasia, etcétera.
La inversión en los doce concejos, sumando las partidas dedicadas al programa Rompiendo distancias, las políticas de envejecimiento activo, los centros rurales agrupados, la ayuda a domicilio, la teleasistencia y otros apoyos incluidos en el plan concertado de servicios sociales, superó los 2,4 millones en 2015.
Un proyecto implantado en 37 países
El proyecto Ciudades y comunidades amigables con las personas mayores surgió en junio de 2005 en la sesión inaugural del XVIII Congreso Mundial sobre Gerontología, celebrado en Río de Janeiro. Posteriormente, la OMS elaboró un informe y una guía basada en la necesidad de fomentar el envejecimiento activo con la implicación de los ayuntamientos.
De este modo, se busca aprovechar el potencial de los mayores y mejorar su calidad de vida, al tiempo que la economía local se beneficia gracias al trabajo voluntario y el consumo de este sector de la población.
Actualmente, el programa está implantado en 400 ciudades de 37 países. En España, están adheridos 108 ciudades y municipios.
Los concejos del occidente son los primeros acreditados y protagonizan la única experiencia de municipios agrupados de la zona rural de toda España.