La Coordinadora Ecoloxista d’Asturies ha solicitado a la Consejeria de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Principado que laincluya como parte interesada a efectos de información ante la muerte de dos osos de nuevo en el entorno de las Reserva Integral de Muniellos en el concejo de Cangas de Narcea, que tienen una elevada probabilidad de haber sido por muertos por el uso de venenos por los datos que se conocen de momento (al aparecer muertos juntos, en un cauce de agua para poder beber, sin daños aparentes externos por disparos).
"Creemos que se debe investigar y perseguir por la vía penal este tipo de hechos para que todo el peso de ley caiga sobre sus responsables. Exigimos una investigación en profundidad sobre lo que consideramos un grave delito contra la fauna y un posible delito contra la salud humana en unos hechos que son lamentable en una especie que sigue en peligro por mas que se haya recuperado algo la población en los últimos 15 años, pero que sigue siendo un numero muy pequeño aún el de los osos asturianos."
Hay que recordar que con estos 2 nuevos osos, ya son 4 los osos muertos en los últimos meses por causas no naturales en el entorno de la Reserva de Muniellos, lo que es muy preocupante para una especie en peligro como es esta y que sigue amenazada, al tratarse Muniellos y su entorno de un entorno de elevado valor natural.
La Coordinadora Ecoloxista, considera que la administración el Principado de Asturias "no muestra toda la energía que se requiere ante la gravedad de este tipo de delitos como es el furtivismo, así como la práctica de usar venenos para matar a los animales que resultan molestos. Desde 1995 esta práctica fue tipificada como delito en el Art. 336 del Código Penal español suponiendo unas penas entre seis meses y dos años de cárcel. Sin embargo, hasta el momento en Asturias solo se pudieron llevar ante los tribunales a 2 supuestos envenenadores, a pesar de las decenas de casos que se conocen en los últimos años".
El uso de venenos es una de las amenazas más graves para la fauna salvaje en España. Ya en los años 60 y 70 del pasado siglo el uso de cebos envenenados fue una práctica usual de ganaderos y cazadores, que poco a poco había ido disminuyendo a base de un nuevo ordenamiento jurídico y de divulgación sobre las perversas consecuencias del uso del veneno en la naturaleza. Sin embargo, en los últimos años se ha detectado un grave y preocupante uso, llegando a los gravísimos niveles de cuando estaba permitido hace décadas.
Este delito supone una eliminación indiscriminada sobre la fauna en general, ya que no se trata de un método selectivo, pues afecta a especies predadoras de todo tipo, carroñeras, omnívoras e incluso animales domésticos. Además de ser una práctica cruel con los animales, altera la organización de los ecosistemas y puede tener repercusiones negativas en los seres humanos, ya que el veneno entra en la cadena alimenticia. No obstante, sea cual sea la composición del producto venenoso, la mayoría tienen en común que conducen a una muerte prolongada y dolorosa por sofocación y parálisis muscular.
"Este método ilegal de control no selectivo causa la regresión y extinción de la fauna, con el agravante de que los principales afectados son precisamente las especies con serio peligro de desaparecer para siempre. Y aunque peligro significa que todavía hay tiempo, extinción es sinónimo de irreversible. Además, no se puede tener una estimación real del número de ejemplares muertos por envenenamiento, bien sea por la inaccesibilidad, por no emplear el mismo esfuerzo en las diferente especies o bien por otro tipo de factores".
La Coordinadora pide en su comunicado que:
-Se realice una necropsia completa y sin demora, para determinar la causa real de la muerte de los dos osos juntos.
- Se abran las actuaciones de investigación y eventualmente de sanción a que haya lugar, a fin de evitar más daños sobre la fauna en particular y a los ecosistemas en general, siendo de justicia castigar a los culpables de estos delitos.
- Prospectar las proximidades para averiguar si hay más cadáveres, incluso de animales domésticos, y cebos envenados, si se comprueba el uso de venenos.