Oviedo.-Esta mañana, a las 11.30 horas, ha tenido lugar en el Museo de Bellas Artes de Asturias la presentación a los medios de comunicación de la exposición Una edad de oro: Arquitectura en Asturias 1950-1965, que abrirá sus puertas a partir de las 19 horas en la planta -1 del edificio de Ampliación (Plaza de Alfonso II el Casto, 1). Se trata de la primera vez que la pinacoteca asturiana dedica una muestra a la Arquitectura y lo hace a través de una cuidadosa selección de las propuestas arquitectónicas y artísticas más renovadoras de la Asturias de mediados del siglo XX.
La exposición se basa en las aportaciones publicadas por los arquitectos Fernando Nanclares y Nieves Ruiz en el libro Lo moderno de nuevo: Arquitectura en Asturias 1950-1965, publicado en 2014 y Premio Asturias de Arquitectura en 2016. Comisariada por el propio Fernando Nanclares con la colaboración del cineasta Manuel Lombardero, muestra una visión panorámica de la arquitectura realizada en Asturias entre 1950 y 1965, un intenso periodo, apreciado como una auténtica “edad de oro”, en el que se produce, tanto a nivel arquitectónico como global, una reconexión de la región con la modernidad española e internacional.
Así, Una edad de oro: Arquitectura en Asturias 1950-1965 ilustra las ideas que compartieron los arquitectos asturianos que restauraron el espíritu moderno después del paréntesis historicista que se correspondió con el periodo de posguerra. Entre la amplia nómina de autores que protagonizaron esta época dorada destacan Ignacio Álvarez Castelao, Juan Manuel del Busto González, Joaquín Cores Uría, Miguel Díaz Negrete, Julio Galán Gómez, José Gómez del Collado, Federico Somolinos Cuesta, Juan Vallaure Fernández-Peña y Joaquín Vaquero Palacios. Todos ellos produjeron una arquitectura brillante, colorista, deudora de la nueva abstracción que se abría paso en la plástica moderna, que transmite una sensación de optimismo, de cierta ligereza y desenfado, sobre todo si se compara con la que se va a realizar en las décadas siguientes, cargada de inseguridad y preocupaciones político-sociales y muy presionada por el desarrollismo consumista.
La muestra, ubicada en las salas de exposiciones temporales del edificio de Ampliación, está articulada en 6 secciones e integrada por 105 paneles, 52 documentos originales, 15 piezas de mobiliario, 8 obras de arte y 1 cortometraje documental, que permiten al visitante reconstruir un imaginario (un imaginario latente, que deviene patente a través del recorrido por el espacio expositivo), y que no es otro que el de la propia arquitectura entre la que día tras día transitamos.