Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un interruptor molecular que, mediante un estímulo eléctrico, puede cambiar el estado de una molécula y permitir monitorizarla tanto por medios ópticos como magnéticos. Los resultados del estudio, que aparecen en la edición digital del último número de la revista Nature Chemistry, responden a la creciente demanda de fabricación de dispositivos para almacenar información cada vez más potentes y pequeños.
“Las moléculas son los componentes funcionales más pequeños que uno pueda imaginar. En nuestro trabajo demostramos que pueden actuar como bits de memoria y que un pequeño grupo de ellas puede ser localmente activado y conmutado entre dos estados, además de que puede leerse la información que contiene”, explica la investigadora del CSIC Concepció Rovira, del Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona.
Este sistema molecular permite escribir, borrar y leer la información, tanto en forma de puntos como de líneas continuas, de forma estable y en condiciones ambientales. Esto lo convierte en un dispositivo de memoria molecular no volátil, es decir, que no pierde los datos almacenados al interrumpirse la corriente eléctrica.
Según los investigadores, este trabajo representa un paso hacia delante en el camino hacia la fabricación real de dispositivos basados en moléculas orgánicas, lo que permitiría avanzar hacia la miniaturización más allá de lo permitido hasta ahora por la tecnología del silicio. En el trabajo también han participado los investigadores Jaume Veciana y Marta Mas, del Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona.