Asturias Mundial pública el escrito en que un emigrante asturiano de nombre José Antonio González Rodríguez, DNI 10774178N, explica su odisea al no recibir desde finales del año 2015 la pensión que le corresponde, avalada por un convenio entre España y Venezuela y que incumbe igualmente a cientos de españoles que regresaron.
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Soy uno de los españoles que emigraron a Venezuela en los años 60 y 70 de la pasada centuria y que, con varias décadas encima y ahora enfrentados a la crisis política y social que padece Venezuela, decidimos regresar a la heredad de nuestros mayores; en mi caso particular al lar asturiano, ahora centrado en Valencia al ser clima más benigno para nuestros huesos.
Todos hemos trabajado 30, 40 y 50 años en el país latinoamericano, habiendo cotizado, las empresas donde laboramos y nosotros, la seguridad social que marcaban las leyes venezolanos.
Centro el problema en mi persona, pero en él se refleja la situación de más de 5.000 compatriotas en la misma situación.
Tras un año de trámites ante Venezuela, el Instituto de la Seguridad Nacional de España constató mi situación, y al haber trabajo antes de emigrar en nuestro país y ser menor la pensión que venia de Caracas, recibí durante unos meses un suplemento de más de 300 Euros, hasta que la cotización arribada del país caribeño superó el monto legal. Desde entonces, conforme a la ley, voy devolviendo lo aumentado y percibo mensualmente 43.45 Euros. Hasta aquí, todo perfecto.
La contrariedad se centra en que va a cumplirse año y medio desde que el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales de Venezuela dejó de enviar la pensión. Un drama que soportan centenares de jubilados en nuestra misma situación.
La seguridad social española ha informado que sus servicios centrales han remitido oficio a la directora general del organismo venezolano, exigiendo el cumplimiento inmediato del Convenio de los dos países en todos sus términos, que incluyen la obligación de pagar las pensiones a los españoles que regresaron.
El silencio de Caracas ha sido total. Y aquí estamos, varados. Quizás deberíamos ir a Marruecos, subir a una patera y que la Cruz Roja Española nos rescate para, de esa penosa forma, podamos percibir la ayuda suministrada a los dolientes desplazados.
El Gobierno español, del que estoy inmensamente agradecido, me concedió – ha sido el mayor honor recibido - la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil, y sin abusar de ello, que sería inconcebible y mezquino, le pediría, en nombre los pensionados venezolanos en España, y si está dentro de lo permisible, hacer todo esfuerzo en ayudar a solventar esta apesadumbra situación.
FOTO: Anagrama de la Asociación de las y los pensionistas y jubilados de Venezuela en Asturias