No más letra pequeña. El etiquetado de alimentos debería ser simple y claro, con información no sólo relativa a los ingredientes sino también al contenido de grasas 'trans' o alérgenos. La comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del PE aprobó el pasado martes el documento sobre la información alimentaria facilitada al consumidor. "Es un buen comienzo para negociar con el Consejo" recalcó la ponente popular alemana, Renate Sommer.
Según la eurodiputada, ha llegado el momento de "poner fin a los muchos e inconsistentes requisitos que existen a nivel nacional en lo que a etiquetado de alimentos se refiere, y proporcionar un amplio abanico de normas a nivel europeo". De ahí que Sommer confíe "en que podamos alcanzar un acuerdo en julio".
Entre las 420 modificaciones que se votaron el pasado martes, las más relevantes proponen novedades relativas a temas tan dispares como el tamaño de la letra o la procedencia de los ingredientes.
Información sobre alérgenos
Así, para que la información del envase del producto sea suficientemente legible se acordó que el tamaño mínimo de las letras sea de 1.2 milímetros. Sommer considera que hoy "el consumidor puede encontrar una gran cantidad de información en la etiqueta de los productos, pero no puede leerla porque la letra es demasiado pequeña". Por ello, cree que "esta nueva regla será de gran utilidad para el consumidor".
Además, en el caso de la comida servida en restaurantes, cantinas o puestos de comida, la única información obligatoria que deberá constar en la etiqueta será el contenido de alérgenos. Los alimentos preenvasados también especificarán si incorporan algún componente de este tipo (como gluten frutos secos, lactosa...).
Fecha, procedencia
En el caso de la carne (incluida la de ave) y el pescado, los fabricantes deberán señalar la fecha en que ésta fue congelada por primera vez. En los productos cárnicos, los lácteos, las frutas y verduras, así como en el de algunos alimentos procesados se especificará el lugar de procedencia de cada ingrediente. Si, por ejemplo, una vaca nace, es criada y posteriormente sacrificada en tres lugares diferentes respectivamente, el consumidor también será informado de ello. No obstante, el Consejo no está a favor de esta regla.
Los eurodiputados de la comisión de Medio Ambiente también apuestan por que la información en la parte frontal del envase no sea obligatoria sino voluntaria, en línea con la postura del Consejo, que tampoco estaba de acuerdo con que esa medida fuera obligatoria.
Información nutricional
Entre otros datos, la parte trasera de los envases deberá contener información sobre grasas, grasas saturadas, azúcares, sal, proteínas, carbohidratos, grasas trans y el contenido energético. Además, si un alimento contiene ingredientes artificiales, éstos serán claramente indicados. "A los consumidores no se les puede seguir engañando con esta clase de sustancias, como es el caso de la carne en la que se ha usado pegamento", declaró Sommer, para quien "también estos ingredientes deben ser etiquetados".
Las bebidas alcohólicas, envases para regalo, dulces de temporada, alimentos de consumo inmediato, y productos artesanales no tendrán que ser etiquetados.
El 10 de mayo, una vez realizadas las modificaciones del texto comenzarán las negociaciones entre el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo. Si todo va según lo previsto, en la sesión plenaria que celebrará la Eurocámara en julio, el informe debería ser sometido nuevamente a votación.