Tres asesinatos ocupan a Bomilkar, el responsable de la tranquilidad y el orden en Cartago: un indio –peregrino y misionero budista- fue apuñalado, un trabajador del mercado fue atropellado y el propietario de diversas viviendas de alquiler arrojado desdel techo.
La política se mezcla con las complejas investigaciones. En el año 228 a.C, una década antes del inicio de la Segunda guerra púnica, las relaciones entre Cartago y Roma son sosegadas, pero se trata de una paz incómoda. El senado contempla los emprendimientos de Cartago en la península Ibérica con desconfianza y debido a ello el consejo cartaginés envía una legación a Roma. Y Bomilkar debe acompañar a los comisionados. Ha combatido en Iberia, conoce las circunstancias de allí y, además, debe proteger a los concejales. Pero también cabe otra posibilidad… ¿Quieren impedir que lleve a cabo sus investigaciones? ¿Existen vínculos entre los tres asesinatos y otros acontecimientos?
Bomilkar viaja a Roma a regañadientes; allí se encuentro con Laetilius, su viejo amigo y contrincante, y obtiene informaciones sorprendentes, pero que solo consigue evaluar tras su regreso a Cartago. Y, entretanto, allí han ocurrido dos asesinatos más…
|