ONU — Los Estados no tienen excusas para permitir que el racismo y la xenofobia se enquisten y mucho menos para dejar que prosperen, y tienen la obligación jurídica de garantizar el derecho de todos a la igualdad ante la ley, sin distinción de raza, color, origen étnico o nacional.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos hizo ese recordatorio en un comunicado a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que se celebra cada 21 de marzo.
Zeid Ra’ad Al Hussein reafirmó la necesidad de redoblar esfuerzos para combatir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia, la incitación al odio y los delitos motivados por el odio.
“Las personas de ascendencia africana siguen siendo víctimas de delitos de odio racista y de manifestaciones discriminatorias en todos los ámbitos de la vida. El antisemitismo sigue asomando su fea cabeza en Estados Unidos, Europa, el Oriente Medio y otras regiones”, dijo.
Añadió que en numerosos países, las mujeres musulmanas que se cubren con el velo islámico son objeto de insultos e incluso de agresiones físicas cada vez más frecuentes y que en América Latina, a los pueblos indígenas se les sigue estigmatizando, hasta en los medios de comunicación.
El Alto Comisionado afirmó que los Estados deben adoptar leyes que prohíban de manera explícita la incitación al odio racial, lo que abarca la difusión de ideas basadas en la superioridad racial, y aclaró que esas medidas no constituyen un ataque a la libertad de expresión, sino el reconocimiento de que el derecho a la libertad de expresión conlleva deberes y responsabilidades especiales.